Hay caballos que llaman la atención por su talento, y otros que además lo hacen por su capacidad de resiliencia. «IVO Tikal DZ» es el mejor ejemplo. Álvaro Zambrano es su criador. «Soy jinete de Salto y un apasionado del mundo del caballo. Recuerdo perfectamente la primera vez que me subí a uno y desde entonces no quise bajarme», apunta Álvaro. Su pasión lo llevó a la cría de caballos deportivos, todos bajo el nombre «DZ», en honor a su padre, Delfín Zambrano.
Una de sus joyas es «IVO Tikal DZ», nacida en 2015. «El nombre viene de un viaje a Guatemala, a las ruinas de Tikal, que me llenó de una energía singular. Ella es como esas ruinas: bonita, especial… y con un 95 por ciento aún por descubrir. Tikal, junto con su madre, son los caballos más especiales que tengo. Con cinco años y medio ya tenía una autoconfianza fuera de lo común. Es tan equilibrada que mi hija con cuatro años podía pasearla tranquilamente», cuenta Álvaro.
«Ella salta exactamente lo que mide el obstáculo… y un poco más, lo justo. Eso hizo que muchos dudaran de su potencial, salvo Gonzalo de Almeida Barradas, su actual jinete», comenta Zambrano. Hace poco más de un año, «Tikal» vivía su mejor momento deportivo. «Saltaba 1,35 y 1,40 metros, clasificándose en casi todas las pruebas. Estábamos en la Liga Plata del Moura Tours, todo iba perfecto, hasta que… se cerró su ojo derecho. Pensamos que era una picadura, porque no había signos de golpe. Aun así, compitió y quedó tercera. Pero al volver, el veterinario confirmó una uveítis provocada por una piroplasmosis, probablemente activada por una vacuna que había recibido semanas antes«, detalla. Comenzó entonces una larga lucha. «Conté con el Doctor Francisco Simó, del Instituto Veterinario de Oftalmología (IVO). Cada día a las 5:00 de la mañana le mandaba una foto del ojo y seguíamos un tratamiento estricto. Organizaba mi vida entera alrededor de eso. No podía alejarme más de dos horas del Real Club de Polo de Barcelona, donde estaba la yegua», apunta. Durante meses hubo avances… hasta que cambió el rumbo. «Me fui tres días a Menorca por un compromiso familiar. Cuando pedí una foto al mozo encargado del tratamiento, el ojo estaba irreconocible. Habíamos retrocedido dos meses. Volví corriendo, pero ya no hubo vuelta atrás», lamenta.
En diciembre, Álvaro supo que debía tomar una decisión. «Estábamos entrenando y, de repente, se paró en un podio y se quedó quieta. Era como si me dijera: »Bájate, hasta aquí hemos llegado». Fue su forma de pedírmelo. Llamé a Francisco y le dije que había llegado el momento», afirma. El 2 de diciembre 2024 le extirparon el ojo derecho. Pocos días después, IVO se convirtió en su patrocinador. «Es un orgullo que ahora se llame «IVO Tikal DZ». Fue un agradecimiento a quienes nos acompañaron en todo el proceso», dice.
La recuperación física y emocional fue importante. Álvaro decidió llevarla a un centro de descanso en Vic gestionado por Josep Fusté. «Era justo lo que necesitaba: calma y buena energía. Allí empezó a orientarse con su nueva realidad», asegura Álvaro. Tras tres meses, regresó al club. «Volver a tenerla cerca fue muy especial. Empezamos a montarla de nuevo, poco a poco. La monté yo mismo, pero era distinto. Ya no se desplazaba igual. En el primer concurso, vi que derribaba porque no veía los saltos hasta el último momento. Decidí hablar con Gonzalo para que la volviera a montar y diseñamos un plan adaptado a su nueva forma de ver», apunta.
Hoy, «IVO Tikal DZ» compite de nuevo. «Jamás volverá a ser la misma, pero eso no es malo. Es otra versión de sí misma. Lo más curioso es que ella no parece notar que le falta un ojo. Simplemente, el mundo cambió de forma y está aprendiendo a moverse en él. La estamos acompañando sin límites», destaca su propietario. Ya compite a 1,45 y empieza a obtener buenos resultados a 1,50 metros. «Cuando se aproxima a un salto por el lado derecho y no lo ve, hay algo -una mezcla de comunicación, feeling y confianza con el jinete- que la lleva a resolverlo. Eso la hace única. Ella nos enseña que lo que parece una limitación puede ser una nueva oportunidad. Me inspiré en »Tornesch», un caballo que también perdió un ojo y siguió compitiendo al máximo nivel».
Este mes, un fondo de inversión llamado Core Value se unirá como patrocinador. «Se interesaron por ella precisamente por ser diferente. Su historia demuestra que vale la pena luchar, que si hay alma y determinación, siempre se puede volver a empezar», concluye Álvaro.
La yegua, tuerta del ojo derecho de Álvaro Zambrano,, ha vuelto a competir en Salto de Obstáculos. «Su historia demuestra que vale la pena luchar», asegura su criador
Hay caballos que llaman la atención por su talento, y otros que además lo hacen por su capacidad de resiliencia. «IVO Tikal DZ» es el mejor ejemplo. Álvaro Zambrano es su criador. «Soy jinete de Salto y un apasionado del mundo del caballo. Recuerdo perfectamente la primera vez que me subí a uno y desde entonces no quise bajarme», apunta Álvaro. Su pasión lo llevó a la cría de caballos deportivos, todos bajo el nombre «DZ», en honor a su padre, Delfín Zambrano.
Una de sus joyas es «IVO Tikal DZ», nacida en 2015. «El nombre viene de un viaje a Guatemala, a las ruinas de Tikal, que me llenó de una energía singular. Ella es como esas ruinas: bonita, especial… y con un 95 por ciento aún por descubrir. Tikal, junto con su madre, son los caballos más especiales que tengo. Con cinco años y medio ya tenía una autoconfianza fuera de lo común. Es tan equilibrada que mi hija con cuatro años podía pasearla tranquilamente», cuenta Álvaro.
«Ella salta exactamente lo que mide el obstáculo… y un poco más, lo justo. Eso hizo que muchos dudaran de su potencial, salvo Gonzalo de Almeida Barradas, su actual jinete», comenta Zambrano. Hace poco más de un año, «Tikal» vivía su mejor momento deportivo. «Saltaba 1,35 y 1,40 metros, clasificándose en casi todas las pruebas. Estábamos en la Liga Plata del Moura Tours, todo iba perfecto, hasta que… se cerró su ojo derecho. Pensamos que era una picadura, porque no había signos de golpe. Aun así, compitió y quedó tercera. Pero al volver, el veterinario confirmó una uveítis provocada por una piroplasmosis, probablemente activada por una vacuna que había recibido semanas antes«, detalla. Comenzó entonces una larga lucha. «Conté con el Doctor Francisco Simó, del Instituto Veterinario de Oftalmología (IVO). Cada día a las 5:00 de la mañana le mandaba una foto del ojo y seguíamos un tratamiento estricto. Organizaba mi vida entera alrededor de eso. No podía alejarme más de dos horas del Real Club de Polo de Barcelona, donde estaba la yegua», apunta. Durante meses hubo avances… hasta que cambió el rumbo. «Me fui tres días a Menorca por un compromiso familiar. Cuando pedí una foto al mozo encargado del tratamiento, el ojo estaba irreconocible. Habíamos retrocedido dos meses. Volví corriendo, pero ya no hubo vuelta atrás», lamenta.
En diciembre, Álvaro supo que debía tomar una decisión. «Estábamos entrenando y, de repente, se paró en un podio y se quedó quieta. Era como si me dijera: »Bájate, hasta aquí hemos llegado». Fue su forma de pedírmelo. Llamé a Francisco y le dije que había llegado el momento», afirma. El 2 de diciembre 2024 le extirparon el ojo derecho. Pocos días después, IVO se convirtió en su patrocinador. «Es un orgullo que ahora se llame «IVO Tikal DZ». Fue un agradecimiento a quienes nos acompañaron en todo el proceso», dice.
La recuperación física y emocional fue importante. Álvaro decidió llevarla a un centro de descanso en Vic gestionado por Josep Fusté. «Era justo lo que necesitaba: calma y buena energía. Allí empezó a orientarse con su nueva realidad», asegura Álvaro. Tras tres meses, regresó al club. «Volver a tenerla cerca fue muy especial. Empezamos a montarla de nuevo, poco a poco. La monté yo mismo, pero era distinto. Ya no se desplazaba igual. En el primer concurso, vi que derribaba porque no veía los saltos hasta el último momento. Decidí hablar con Gonzalo para que la volviera a montar y diseñamos un plan adaptado a su nueva forma de ver», apunta.
Hoy, «IVO Tikal DZ» compite de nuevo. «Jamás volverá a ser la misma, pero eso no es malo. Es otra versión de sí misma. Lo más curioso es que ella no parece notar que le falta un ojo. Simplemente, el mundo cambió de forma y está aprendiendo a moverse en él. La estamos acompañando sin límites», destaca su propietario. Ya compite a 1,45 y empieza a obtener buenos resultados a 1,50 metros. «Cuando se aproxima a un salto por el lado derecho y no lo ve, hay algo -una mezcla de comunicación, feeling y confianza con el jinete- que la lleva a resolverlo. Eso la hace única. Ella nos enseña que lo que parece una limitación puede ser una nueva oportunidad. Me inspiré en »Tornesch», un caballo que también perdió un ojo y siguió compitiendo al máximo nivel».
Este mes, un fondo de inversión llamado Core Value se unirá como patrocinador. «Se interesaron por ella precisamente por ser diferente. Su historia demuestra que vale la pena luchar, que si hay alma y determinación, siempre se puede volver a empezar», concluye Álvaro.
Noticias de Deportes en La Razón
Más noticias
Alcaraz – Struff, en directo hoy: tercera ronda Wimbledon 2025, en vivo online
Alcaraz – Struff, en directo hoy: tercera ronda Wimbledon 2025, en vivo online
El Athletic no sólo se queda con Nico Williams, además vacila al Barcelona en las redes con este mensaje