«Sea la que sea la amenaza, siempre hay que tener nervios de acero, calma y cordura y mácima acción unitaria», ha declarado un Nicolás Maduro con aspecto demacrado este viernes en una comparecencia ante los rumores de un ataque inminente por parte de Estados Unidos. Medios estadounidenses han alertado de que el Pentágono está preparado para bombardear objetivos militares en Venezuela. El jefe del Despacho Oval, Donald Trump, ha desmentido esta información, pero funcionarios aseguran tener una lista con dichos objetivos.
Desde el inicio de la encrucijada entre ambos países por los cárteles de droga, el ejército de Estados Unidos ha realizado catorce ataques en el Caribe y el Pacífico contra catorce narcolanchas y un submarino, dejando 61 víctimas mortales. Maduro ha asegurado que Venezuela «se ha reinventado» después de la ofensiva estadounidense de estas últimas semanas, la cual define como «macabra» y «perversidad imperial». «Nuestro pueblo no se ha dejado quitar el derecho a la felicidad» y ha respondido «con la triada perfecta: pueblo, Fuerza Armada Nacional Bolivariana y fuerzas policiales», ha dicho el mandatario fraudulento
El líder venezolano ha criticado la doble moral de las potencias, donde los revolucionarios son los malos y los «supremacistas imperiales» son los buenos, «los que supuestamente traen democracia y vienen a salvarnos». La ofensiva de la Casa Blanca está poniendo en peligro las relaciones diplomáticas del país latinoamericano.
En el caso de Trinidad y Tobago, ubicado a tan solo once kilómetros de Venezuela, están al borde de la ruptura después de que llegase a sus costas el destructor USS Gravaly y un destacamento de marines. Aunque el buque ha abandonado ya sus fronteras, en las últimas horas se ha ordenado el acuartelamiento de las fuerzas armadas de la isla caribeña.
Nicolás Maduro insiste en la inminencia del ataque del Pentágono y, pese a sus intentos para conseguir apoyos políticos tanto a nivel nacional como internacional, ha aumentado la represión dentro del país. Cuatro productores audiovisuales y estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, tres mujeres y un hombre, han sido detenidos cuando trabajaban cerca de la prisión de Tocorón, una de las cárceles en las que están prisioneros políticos postelectorales.
La detención de estos cuatro jóvenes se suma a las 40 que se han efectuado en el mes de octubre, entre los que se encuentran dos personas, padre e hijo, que se encargaban del mantenimiento de la residencia de Corina Parisca, madre de la líder de la oposición, María Corina Machado. Maduro tiene encarcelados a 875 presos políticos, entre los que hay veinte con nacionalidad española -doce hombres y ocho mujeres-, de acuerdo con datos del Foro Penal.
Las relaciones diplomáticas de Venezuela, especialmente con Trinidad y Tobago, están en peligro por la ofensiva del ejército estadounidense
«Sea la que sea la amenaza, siempre hay que tener nervios de acero, calma y cordura y mácima acción unitaria», ha declarado un Nicolás Maduro con aspecto demacrado este viernes en una comparecencia ante los rumores de un ataque inminente por parte de Estados Unidos. Medios estadounidenses han alertado de que el Pentágono está preparado para bombardear objetivos militares en Venezuela. El jefe del Despacho Oval, Donald Trump, ha desmentido esta información, pero funcionarios aseguran tener una lista con dichos objetivos.
Desde el inicio de la encrucijada entre ambos países por los cárteles de droga, el ejército de Estados Unidos ha realizado catorce ataques en el Caribe y el Pacífico contra catorce narcolanchas y un submarino, dejando 61 víctimas mortales. Maduro ha asegurado que Venezuela «se ha reinventado» después de la ofensiva estadounidense de estas últimas semanas, la cual define como «macabra» y «perversidad imperial». «Nuestro pueblo no se ha dejado quitar el derecho a la felicidad» y ha respondido «con la triada perfecta: pueblo, Fuerza Armada Nacional Bolivariana y fuerzas policiales», ha dicho el mandatario fraudulento
El líder venezolano ha criticado la doble moral de las potencias, donde los revolucionarios son los malos y los «supremacistas imperiales» son los buenos, «los que supuestamente traen democracia y vienen a salvarnos». La ofensiva de la Casa Blanca está poniendo en peligro las relaciones diplomáticas del país latinoamericano.
En el caso de Trinidad y Tobago, ubicado a tan solo once kilómetros de Venezuela, están al borde de la ruptura después de que llegase a sus costas el destructor USS Gravaly y un destacamento de marines. Aunque el buque ha abandonado ya sus fronteras, en las últimas horas se ha ordenado el acuartelamiento de las fuerzas armadas de la isla caribeña.
Nicolás Maduro insiste en la inminencia del ataque del Pentágono y, pese a sus intentos para conseguir apoyos políticos tanto a nivel nacional como internacional, ha aumentado la represión dentro del país. Cuatro productores audiovisuales y estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, tres mujeres y un hombre, han sido detenidos cuando trabajaban cerca de la prisión de Tocorón, una de las cárceles en las que están prisioneros políticos postelectorales.
La detención de estos cuatro jóvenes se suma a las 40 que se han efectuado en el mes de octubre, entre los que se encuentran dos personas, padre e hijo, que se encargaban del mantenimiento de la residencia de Corina Parisca, madre de la líder de la oposición, María Corina Machado. Maduro tiene encarcelados a 875 presos políticos, entre los que hay veinte con nacionalidad española -doce hombres y ocho mujeres-, de acuerdo con datos del Foro Penal.
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