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3 de agosto de 2025

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Carlos Cuerpo: “Con el acuerdo de la UE con Trump se evita lo peor: una guerra comercial”

Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa, recibe a EL PAÍS el jueves de una semana frenética, en la que se ha consumado el acuerdo entre la UE y EE UU sobre los aranceles, un pacto cuestionado que penalizará con tarifas del 15% las exportaciones. También ha recibido noticias positivas: un crecimiento económico del 0,7% en el tercer trimestre y unas previsiones favorables del FMI. Cuerpo (Badajoz, 44 años) responde con seguridad sin consultar papeles, habla siempre en tono calmado y se muestra optimista incluso sobre las opciones de aprobar los Presupuestos de 2026, prueba clave de la estabilidad del Gobierno. Presume de la buena marcha de la economía española, pero dice entender las causas del malestar ciudadano por la vivienda. Defiende las condiciones impuestas a la opa de BBVA sobre el Sabadell, porque el valor de esa operación, dice, no puede limitarse a cerrar oficinas y suprimir empleos. Y se moja en el debate nuclear: se puede prorrogar la vida útil de las centrales siempre que sea seguro y el precio no recaiga en los contribuyentes ni en los consumidores.

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 El ministro de Economía avanza que el Gobierno prepara un nuevo plan para ayudar a las empresas y sectores afectados por los aranceles  

Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa, recibe a EL PAÍS el jueves de una semana frenética, en la que se ha consumado el acuerdo entre la UE y EE UU sobre los aranceles, un pacto cuestionado que penalizará con tarifas del 15% las exportaciones. También ha recibido noticias positivas: un crecimiento económico del 0,7% en el tercer trimestre y unas previsiones favorables del FMI. Cuerpo (Badajoz, 44 años) responde con seguridad sin consultar papeles, habla siempre en tono calmado y se muestra optimista incluso sobre las opciones de aprobar los Presupuestos de 2026, prueba clave de la estabilidad del Gobierno. Presume de la buena marcha de la economía española, pero dice entender las causas del malestar ciudadano por la vivienda. Defiende las condiciones impuestas a la opa de BBVA sobre el Sabadell, porque el valor de esa operación, dice, no puede limitarse a cerrar oficinas y suprimir empleos. Y se moja en el debate nuclear: se puede prorrogar la vida útil de las centrales siempre que sea seguro y no el precio no recaiga en los contribuyentes ni en los consumidores.

Pregunta. La UE ha alcanzado un acuerdo con EE UU por el que acepta un arancel del 15% sin contrapartidas. Algunos países, como Francia, han sido muy duros con el acuerdo. ¿Cómo lo valora?

Respuesta. La vía para seguir reforzando la relación entre los dos principales socios comerciales y económicos del mundo era reducir barreras, no aumentarlas. Al final, más barreras supone más fragmentación. Tiene un coste económico para todos, también para el que las pone. Tenemos que ser conscientes de que la nueva Administración de EE UU está imponiendo aranceles no solo por razones comerciales, sino por razones recaudatorias. Con el acuerdo se evita el peor de los escenarios, que es el de guerra comercial. En términos relativos, Europa no queda peor que los principales competidores para acceder al mercado norteamericano. A partir de ahora, lo que tenemos que hacer es ayudar a nuestras empresas a navegar este contexto.

P. ¿Qué alternativas le quedan a Europa?

R. Hay dos grandes vías: avanzar en integrarnos dentro del mercado interior para aprovechar la escala de estos 450 millones de consumidores. Y, hacia fuera, seguir ampliando la red de socios estratégicos. Si somos capaces de ratificar, el acuerdo con Mercosur generaría la zona de libre comercio más grande del mundo, que ayudaría a sectores que puedan verse afectados por estos aranceles, como el vino o el aceite de oliva.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

P. Cuando Trump anunció en abril los aranceles, usted dijo que no consideraba necesario revisar las previsiones de crecimiento. ¿Cuál es el impacto ahora?

R. A corto plazo no prevemos ningún cambio en nuestras previsiones. España es de los países menos expuestos, pero eso no quiere decir que a nivel sectorial no debamos tener particular atención allí donde hay una mayor exposición. Por eso preparamos la segunda fase del plan de apoyo a empresas afectadas, para ver qué medidas adicionales se necesitan.

P. ¿En qué consistirían esas ayudas y cómo estarían dotadas?

R. Acabamos de conocer el acuerdo. Estamos manteniendo reuniones estos días con los sectores para que nos trasladen qué medidas creen que les podrían ayudar tanto por parte de los servicios a la internacionalización del ICEX como elementos de financiación. En base a esta información plantearemos un plan 2.0 de ayudas a las empresas para hablarlo con los grupos parlamentarios. Ya en su versión anterior dijimos que era un plan dinámico, adaptable y ajustable a cómo evolucione la situación. Estamos viendo cómo darles las herramientas que más se acomoden a sus necesidades, y a la vez llegar cada vez a más empresas con servicios personalizados, para ayudar a las más pequeñas, que no tienen tanta capacidad para sobrevivir a este nuevo contexto.

Pondremos toda la carne en el asador para sacar adelante los Presupuestos

P. Pedro Sánchez ha prometido que el Gobierno presentará un proyecto de Presupuestos para 2026, pero los plazos habituales no se están cumpliendo. ¿Cómo se va a avanzar en los Presupuestos teniendo en cuenta la dificultad de los apoyos parlamentarios, vistas las últimas votaciones de Podemos y Junts?

R. A partir de septiembre se darán los primeros pasos, que tienen que ver con la aprobación del techo de gasto y la distribución de los objetivos de déficit. Se pondrá toda la carne en el asador para no solo presentar el Presupuesto, sino hacerlo con garantías de sacarlo adelante.

P. ¿Sería un Presupuesto expansivo o más restrictivo, dadas las turbulencias en la economía mundial?

R. En nuestro marco fiscal mantenemos el equilibrio entre el crecimiento y bajar nuestro déficit y deuda. Nuestra previsión es un déficit del 2,5% para este año. Y, esto es importantísimo, tendremos superávit en términos primarios [antes de pagar los intereses de la deuda]. Somos capaces de cumplir con los compromisos en materia social y de inversión que nos hemos dado en estos últimos años y que, por tanto, suponen un Presupuesto eminentemente expansivo.

P. ¿Cree de verdad que se puede agotar la legislatura sin ningunos Presupuestos?

R. Estamos siendo capaces de llevar a cabo todos los objetivos de política económica. Al fin y al cabo, el Presupuesto es la forma de plasmar cuáles son estas prioridades. Nada se está quedando por hacer. Queremos aprobar esos Presupuestos, pero no estamos dejándonos nada por el camino.

P. Esta semana hemos sabido que el PIB crece por encima del de los socios europeos, y el FMI sitúa a España como la economía desarrollada que más va a crecer el año que viene. ¿Qué explica esa bonanza?

R. Lo que está tirando ahora es la demanda interna: el consumo de los hogares y la inversión de las empresas. Es un modelo de crecimiento equilibrado y más sostenible. Estamos consiguiendo cuadrar elementos que no se veían en otras épocas: la ocupación está creciendo a niveles históricos, pero la productividad por hora también crece más. España es el quinto país del mundo que más inversión extranjera atrajo entre 2018 y 2024. Esto no es casualidad, es porque hay confianza en la economía española, que tiene un atractivo adicional para los inversores, entre otras cosas, por la competitividad de nuestro modelo energético, nuestra apuesta por las renovables.

Estamos atacando el problema de la vivienda desde todos los ángulos. No hay una bala de plata para eso

P. Los datos macroeconómicos dibujan una economía en buena forma, pero coinciden con un creciente malestar social, relacionado sobre todo con el precio de la vivienda, inaccesible para los jóvenes, y con el débil crecimiento de los salarios. ¿Entiende usted ese enfado ciudadano?

R. Somos plenamente conscientes de que las grandes cifras macro como el crecimiento son una condición que se tiene que dar: tenemos que aumentar el tamaño de la tarta. Pero, a partir de ahí, lo importante es qué hacemos con ese crecimiento. Lo que queremos es que se traduzca a la microeconomía. Es decir, en una reducción de la desigualdad, en una mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. La vivienda es el reto de legislatura que nos queda por delante. Y no hay una bala de plata con esto. Estamos atacando por todos los ángulos para corregir este problema. Todo ello con el objetivo de volver a tener un parque público de vivienda en alquiler asequible a la altura de nuestras necesidades.

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, en la sede del ministerio, en Madrid.

P. La UE registra un crecimiento lánguido, y no para de perder terreno respecto a Estados Unidos y China. Hace un año Mario Draghi y Enrico Letta presentaron sus informes para que Europa ganara competitividad, pero no parece que se esté haciendo nada. ¿No supone una decepción?

R. Creo que tenemos que seguir alertando de la situación de urgencia que ponían de manifiesto los informes de Draghi y Letta. Se suele decir que la UE funciona muy bien en momentos de crisis, como la covid. Pero ahora tenemos una situación en la cual el reto de la competitividad y la productividad no genera esa sensación de crisis inminente, porque es algo más de medio y largo plazo. Pero hay que cambiar el chip. Tenemos que ser conscientes de que las actuaciones son urgentes para evitar que esta brecha se abra incluso más. Hay que recordar una y otra vez que esto es una emergencia.

P. Eso explica su precipitada carrera para presidir el Eurogrupo cuando los analistas no le daban posibilidades.

R. Dimos el paso porque vimos que había posibilidades. Había una sensación compartida de que estamos en un tiempo nuevo y que teníamos que darle un rol activo al Eurogrupo.

Podríamos decidir la extensión de las nucleares si no lo pagan los contribuyentes ni los clientes

P. Acaba de citar que uno de los elementos de competitividad de España es la fuerza de las energías renovables. Pero desde la crisis energética que siguió a la guerra en Ucrania y desde el apagón en España se ha extendido cierto temor a una dependencia excesiva de las energías limpias. Y esto coincide con un debate sobre si prorrogar o no las nucleares. ¿Cuál es su posición sobre una extensión de la vida útil de las centrales?

R. La vicepresidenta [tercera, Sara Aagesen] lo ha dejado muy claro: se tienen que cumplir tres condiciones, tanto de seguridad de suministro como la garantía de seguridad para la ciudadanía y el elemento relacionado con los costes, es decir, que no acaben pagándolo los contribuyentes o los clientes. Podríamos decidir esta extensión de la vida de las nucleares si se dan estas tres condiciones.

P. En Europa se está viendo cierto giro en favor de lo nuclear. El Reino Unido va a construir una nueva planta.

R. La apuesta del Gobierno español es reducir la dependencia de combustibles fósiles, que no tenemos en España y que, por tanto, generan un riesgo adicional como pudimos ver durante la crisis de la guerra de Ucrania. Las energías renovables han supuesto una reducción del 40% de los costes de la electricidad. Esto supone menor dependencia y mayor competitividad. Esta es la apuesta que está surtiendo efectos. Hay que seguir reforzándola.

P. ¿Cómo ve usted, que es extremeño y tiene una sensibilidad distinta, el modelo de financiación singular para Cataluña?

R. Llevamos 11 años con un modelo caducado. Hay elementos esenciales que debe tener la renovación. Como extremeño, pero también para un asturiano, catalán o madrileño, el primer elemento es la suficiencia. Y tiene que haber un elemento de solidaridad entre comunidades autónomas donde entran también, y esto es importante, los distintos niveles de las Administraciones Públicas. Este es el marco en el tenemos que mirar el posible encaje de todas estas dimensiones.

P. Se teme el desmantelamiento de la Agencia Tributaria, que funciona razonablemente, en favor de las agencias tributarias autonómicas.

R. Las administraciones tributarias pueden funcionar en red o de una manera más descentralizada. Tenemos que evitar que esto suponga una rémora en la transmisión de los datos o la eficiencia con la que trabaja la institución. Pero con las capacidades técnicas que tenemos hoy en día, es algo que podemos controlar y aprovechar las ventajas de un aterrizaje más descentralizado, más cercano al ciudadano.

El valor de la opa del BBVA sobre el Sabadell no puede proceder solamente de que se eliminen empleos u oficinas

P. Bruselas ha abierto un expediente a España por su papel en la opa del BBVA sobre el Sabadell, y ha hecho algunas declaraciones criticando las condiciones adicionales que impuso el Gobierno. ¿Le afecta?

R. Lo que ha hecho el Gobierno en el marco de esa habilitación de la normativa doméstica es proteger los intereses generales. Estamos hablando del empleo y de la inclusión financiera, que son, entre otros, los principales elementos que creíamos que podían verse afectados. Nosotros tenemos todos los informes jurídicos y estamos a disposición de la Comisión Europea para aportarles la información que sea necesaria en este proceso.

P. La UE también alerta de los obstáculos políticos a las fusiones transnacionales.

R. Todos somos conscientes de que hay que avanzar hacia bancos que sean competitivos en Europa y que puedan competir con los americanos o con los de otras regiones del mundo, pero en esa transición no tenemos que olvidarnos de cómo queda configurado el sistema financiero de cada Estado. Nuestra opinión es que tiene que ser diversificado, que tengamos entidades que puedan tener un contacto más directo con los ciudadanos, bancos más regionales, más localizados, de tamaño intermedio, que complementen un sistema financiero. No se trata solo de tener bancos cada vez más grandes, sino que hay que tener en cuenta la competencia, valorada por la CNMC, la estabilidad financiera, valorada por el BCE, y el interés general, que es lo que valora el Gobierno.

P. Algunas condiciones que ha impuesto su gobierno hacen la operación menos rentable. ¿Están diseñadas para que el BBVA desista de la opa?

R. No, no estoy de acuerdo. Nuestro objetivo inicial era ver si había elementos de interés general que se podían ver afectados y protegerlos. Ambas entidades están en un momento excelente, con buenas cifras tanto de liquidez como de solvencia y repartiendo dividendos a sus accionistas. El Gobierno lo que hace es proteger el interés general, no paralizar la operación. De hecho, sigue su curso y le tocará hablar a los a los accionistas. En este contexto, el valor de esta operación no puede proceder solamente de que se eliminen, a través de sinergias, empleos u oficinas. Tiene que haber un valor adicional. BBVA ha considerado que sigue siendo interesante para ellos avanzar con esta operación. Sigue habiendo ganancias, sigue habiendo sinergias. Es una receta que a mí me gusta.

P. Pero una vez que transcurran esos tres años o cinco años en los que BBVA y Sabadell no pueden fusionarse ni recortar empleos, ¿desaparece el interés general?

R. Lo que pretendemos es que al cabo de esos tres años las entidades manden un informe con una visión hacia atrás de cómo se han protegido esos intereses durante ese periodo, pero también con una visión hacia adelante de cómo la nueva estructura societaria que puedan plantearse va a seguir protegiendo estos intereses. Es importante equilibrar los dos puntos, que es generar valor para los accionistas y proteger el interés general.

P, ¿Si una entidad europea hubiera apostado por comprar el Sabadell habrían sido diferentes las condiciones?

R. Si se plantea, ya veremos, pero el procedimiento yo creo que no cambia. Hay que proteger el interés general.

El ministro de Economía en la sede del ministerio, en Madrid.

P. ¿Cree que es prudente un acuerdo con Huawei para custodiar datos sensibles del Ministerio del Interior cuando Europa advierte del riesgo de esta compañía para la seguridad?

R. Estamos hablando de un contrato donde estos operadores trabajan en un silo, es decir, que no hay una comunicación con otras redes ni comparten información. Además, hay una evaluación continua sobre el uso de esos datos, con lo cual el riesgo de una mala utilización o de una mala praxis es cero. Más allá de esto, si entramos en la discusión general sobre cuál tiene que ser la relación de Europa con otras regiones del mundo, pese a que China es un gran rival, un competidor en muchos sentidos, tiene que ser también un socio estratégico. Hay que conseguir abrir el mercado chino. Y tenemos también que hablar de seguridad económica respecto a atraer inversiones en sectores donde las necesitamos

P. La Comisión Europea presentó la semana pasada el proyecto de presupuestos para el marco 2028-2032, que reduce los recursos para la Política Agraria Común (PAC). ¿Cómo ve ese proyecto que ha suscitado muchas críticas en el sector agrario?

R. Lo que queremos es un marco presupuestario más ambicioso. Nos estamos poniendo muchos objetivos en términos de inversión, en digitalización, en transición climática, en seguridad y defensa. Y necesitamos generar la financiación para acometer todas estas inversiones. Debe ser posible un endeudamiento común, como ha pasado con la pandemia o con la herramienta para la seguridad y la defensa, pero también un presupuesto que tenga un tamaño acorde a estos retos. En este nuevo marco, hay que tener una atención dedicada y adecuada al sector agrario y ayudarle a seguir siendo más competitivo. Quedan muchos meses de negociación por delante, pero sería bueno que los presupuestos tuvieran mayor ambición. Creo que no va a ser una negociación fácil.

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