<p>El Reus FC Reddis camina sobre el alambre. Un nuevo altercado en su estadio y <strong>la clausura total de las instalaciones</strong> será una realidad incontestable, según el durísimo apercibimiento que ha recibido por parte del Comité Disciplinario. La entidad se encuentra ahora en una encrucijada, con la amenaza de un castigo mucho más severo pendiendo sobre su futuro inmediato si se repiten incidentes como los ocurridos en la Copa del Rey.</p>
<p>De hecho, esta advertencia es la culminación de una sanción que ya se ha materializado. El club ha sido castigado por partida doble: por un lado, deberá afrontar una multa económica cuya cantidad no se ha hecho pública y, por otro, sufrirá el <strong>cierre de una parte de la grada</strong> para su próximo compromiso como local. Una medida que busca tener un efecto disuasorio inmediato.</p>
<p>Todo ello se remonta al tenso enfrentamiento copero contra el CE Europa, que se decidió en la tanda de penaltis. Fue precisamente en ese momento de máxima tensión cuando <strong>el lanzamiento de varios objetos</strong> desde un sector de la afición local obligó a detener el partido. Las zonas afectadas por el cierre parcial son precisamente las que se identificaron como el foco de los incidentes: la grada situada tras la portería de la tanda y el área detrás del banquillo visitante.</p>
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Unos altercados calificados como graves por el comité
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<p>Pese a ello, y como único punto positivo dentro de la gravedad de la situación, cabe destacar que los objetos arrojados al terreno de juego <strong>no provocaron ninguna lesión</strong> ni entre los futbolistas ni en el cuerpo arbitral. La fortuna evitó que las consecuencias fueran todavía peores para los presentes en el campo.</p>
<p>No obstante, para las autoridades deportivas, el simple hecho de haber interrumpido un momento tan crucial del encuentro ha sido motivo suficiente para una sanción ejemplar. Los hechos fueron calificados como graves, poniendo al club reusense <strong>bajo un estricto escrutinio</strong> de cara a sus próximos partidos en casa, consciente de que la paciencia del comité se ha agotado por completo.</p>
El lanzamiento de objetos que interrumpió la tanda de penaltis en la Copa del Rey se salda con una dura sanción para el Reus FC Reddis, que deberá pagar una multa y afrontar el cierre parcial de su estadio
El Reus FC Reddis camina sobre el alambre. Un nuevo altercado en su estadio y la clausura total de las instalaciones será una realidad incontestable, según el durísimo apercibimiento que ha recibido por parte del Comité Disciplinario. La entidad se encuentra ahora en una encrucijada, con la amenaza de un castigo mucho más severo pendiendo sobre su futuro inmediato si se repiten incidentes como los ocurridos en la Copa del Rey.
De hecho, esta advertencia es la culminación de una sanción que ya se ha materializado. El club ha sido castigado por partida doble: por un lado, deberá afrontar una multa económica cuya cantidad no se ha hecho pública y, por otro, sufrirá el cierre de una parte de la grada para su próximo compromiso como local. Una medida que busca tener un efecto disuasorio inmediato.
Todo ello se remonta al tenso enfrentamiento copero contra el CE Europa, que se decidió en la tanda de penaltis. Fue precisamente en ese momento de máxima tensión cuando el lanzamiento de varios objetos desde un sector de la afición local obligó a detener el partido. Las zonas afectadas por el cierre parcial son precisamente las que se identificaron como el foco de los incidentes: la grada situada tras la portería de la tanda y el área detrás del banquillo visitante.
Pese a ello, y como único punto positivo dentro de la gravedad de la situación, cabe destacar que los objetos arrojados al terreno de juego no provocaron ninguna lesión ni entre los futbolistas ni en el cuerpo arbitral. La fortuna evitó que las consecuencias fueran todavía peores para los presentes en el campo.
No obstante, para las autoridades deportivas, el simple hecho de haber interrumpido un momento tan crucial del encuentro ha sido motivo suficiente para una sanción ejemplar. Los hechos fueron calificados como graves, poniendo al club reusense bajo un estricto escrutinio de cara a sus próximos partidos en casa, consciente de que la paciencia del comité se ha agotado por completo.
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