El juez Adolfo Carretero ha rechazado este jueves la petición de Íñigo Errejón, exportavoz de Sumar, para que investigue a la actriz y presentadora de televisión Elisa Mouliaá por obstrucción a la justicia al entender que esta mostró una “conducta coactiva e intimidatoria” con una testigo del procedimiento abierto el año pasado, tras denunciar Mouliaá una supuesta agresión sexual de Errejón durante una fiesta en Madrid en 2021.
El expolítico solicitó la medida al entender que la actriz había intentado condicionar a su favor el testimonio de una conocida
El juez Adolfo Carretero ha rechazado este jueves la petición de Íñigo Errejón, exportavoz de Sumar, para que investigue a la actriz y presentadora de televisión Elisa Mouliaá por obstrucción a la justicia al entender que esta mostró una “conducta coactiva e intimidatoria” con una testigo del procedimiento abierto el año pasado, tras denunciar Mouliaá una supuesta agresión sexual de Errejón durante una fiesta en Madrid en 2021.
“Del contenido de las conversaciones, no resulta ninguna amenaza expresa ni intimidación vertida por Mouliaá, que es lo que exige el tipo, sino una confrontación de pareceres, en ocasiones fuerte, en relación con los hechos denunciados, no pidiendo Mouliaá a la testigo que mintiese o dijese su versión, sino que no le perjudicase”, recoge el auto, firmado este jueves, al que ha tenido acceso este periódico. Carretero añade en el escrito que “hablar con un testigo amigo antes de la declaración no constituye una amenaza o intimidación” y concluye que dicha testigo, cuando declaró el pasado 20 de junio en la instrucción, no pareció estar “muy influida por Mouliaá, sino más bien lo contrario”.
La decisión del juez gira en torno a la filtración a comienzos de este mes de varias conversaciones de WhatsApp (mensajes de texto y varios audios) entre la actriz y la propietaria de la vivienda donde se celebró el evento. En esos mensajes se puede leer que ambas mujeres habían sido amigas, pero que desde 2022 la relación empeoró hasta llegar a rozar la enemistad. De hecho, la propietaria y testigo de la fiesta bloqueó durante varios meses en la app. Retomaron el contacto en febrero de 2025, cuando Mouliaá le escribió para preguntarle si la testigo estaba hablando con la defensa de Errejón.
La conversación, llena de reproches mutuos, se alarga hasta abril y se cruzan decenas de mensajes donde discuten sobre la denuncia de Mouliaá contra Errejón, lo que sucedió aquella noche y sobre la futura declaración de la testigo ante el juez. La también presentadora actriz le pide a su antigua amiga que, tras ser citada como testigo, no declare nada que pueda perjudicarla y provocar que el juez dictamine que ha interpuesto una denuncia falsa: “Lo único que te estoy pidiendo es que no digas cosas que puedan ir en mi contra, que cuentes lo que viviste, que no te diste cuenta, que yo no mostré malestar, que pensabais que era mi ligue, no hay que maquillar la realidad”. También le escribe: “Limítate a decir lo que te conté”.
La testigo le pide en varias ocasiones que no contacte con ella y se muestra molesta cuando Mouliaá le insiste en que se ciña a declarar lo que esta le narró acerca de la agresión. “Que no me digas lo que tengo que decir (…) Me limito a los hechos de lo que vi y viví. Lo que vi y que me contaste es que fue un tío que fue a saco”, le contestó la testigo. La denunciante le apostilla en varias ocasiones: “Nadie os ha pedido que mintáis”.
La filtración llevó a la defensa de Errejón a presentar un escrito el pasado lunes al juez donde acusa a Mouliaá de mostrar en esas conversaciones una “conducta coactiva e intimidatoria” con la testigo y solicitaba al instructor que investigue a la presentadora por un delito de obstrucción a la Justicia. “Basta leer la totalidad de los mensajes intercambiados entre ambas para verificar el contexto de coacción e intimidación en el que se desarrolla toda la conversación”, aparecía el escrito del acusado.
En respuesta, la actriz presentó dos días después otro escrito donde se oponía a la petición del expolítico y recalcaba que los mensajes a los que aludía Errejón estaban sacados fuera de contexto: “Con una simple revisión de las conversaciones del año 2022 se evidencia que la relación entre Mouliaá y la testigo es mala, llegando esta última a bloquear de la aplicación a Mouliaá, lo que denota todo ello que incluso podría existir cierta animadversión por la testigo hacia mi patrocinada”, aparece en el documento.
La actriz pidió al juez, por otro lado, que investigara a Errejón por presionar a otro testigo, la pareja de esta antigua amiga de la actriz y que también declaró el mes pasado. En su versión de los hechos, este hombre relató que Errejón contactó con él antes de la citación para hablar, entre otras cuestiones, de “el plan” del día de su declaración ante el juez, como la hora y la sala del juzgado. Pero el magistrado también ha rechazado la solicitud: “Tampoco procede ampliar la denuncia por el mismo delito contra el Errejón, pues fue el testigo el que se puso en contacto con él, no consta unida la conversación a los autos ni ha sido cotejada, y, por lo que declaró a este instructor, no consta tampoco que Errejón le amenazase e intimidase ni le dijese expresamente lo que tenía que testificar”.
También este jueves, la Audiencia Provincial de Madrid ha considerado que la reclamación del juez Carretero de que Errejón entregue su móvil para su análisis “no es proporcionada” ni “necesaria”. La Audiencia da la razón al exportavoz de Sumar en un auto firmado este jueves y al que ha tenido acceso este periódico. Carretero solicitó en febrero a la Unidad Central de Investigaciones Tecnológicas de la Policía Nacional analizar “los terminales informáticos” de Errejón y Mouliaá para verificar los pantallazos que reflejan las conversaciones que ambos mantuvieron, y también la de la denunciante con varios testigos y las capturas con las publicaciones de la actriz en la red social X (antes Twitter).
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