Cuando Sorloth se preparaba para entrar al campo, todo el mundo imaginaba que sería Griezmann el sustituido, pero la sorpresa llegó cuando se levantaba el cartel con el número 19, el de Julián Álvarez. El argentino había marcado el gol del Atlético y es la estrella indiscutible del equipo. No había motivo aparente para el cambio, pero Simeone tenía sus razones y las explicó en la conferencia de prensa posterior al encuentro.
«Julián venía de una
descompostura dos días atrás, estuvo con fiebre. Hoy a la mañana
presentó un problema estomacal y no lo iba a poner«, argumentaba el entrenador rojiblanco. «Se había entregado y por el esfuerzo que hizo había entendido que había dado todo y opté por poner a Sorloth, que lo hizo muy bien», añadía.
Sorloth marcó el segundo gol del Atlético cuando llevaba sólo diez minutos en el campo, pero no fue suficiente para ganar el partido. El Atlético echaba de menos a Julián, pero no era una cuestión anímica ni un simple capricho del entrenador que sólo durara una hora sobre el césped.
Simeone encontraba la razón de la derrota en otro lado, en la concentración defensiva después del gol de Sorloth. «No defendimos bien ese inicio del saque del medio de ellos para estar fuertes y ellos metieron
un golazo», decía en referencia al 2-1 de Lewandowski. «Ese gol nos hizo daño y nos llevó a ese escenario
que parece de duda. El Barcelona juega muy bien. Los futbolistas individualmente tienen una categoría increíble, competimos muy
bien con nuestras armas y es lo positivo que queda del partido», reflexionaba.
Simeone tenía motivos para cambiar a Julián, pero sí le queda la culpa de no haber hecho otro cambio antes. «Cuando nos pusimos 2-0 el partido estaba en una posición importante. Tardé en meter a Giménez antes de
que sacaran del medio. Sacaron y metieron el primer gol, nos pusimos a hablar y metieron el segundo. No quiero decir que si
hubiera sacado a Giménez nos hubieran marcado pero el equipo necesitaba fortaleza porque el Barcelona se la iba a jugar
a todo o nada y nosotros no pudimos hacernos fuertes ni
aprovechar los contragolpes», se lamentaba.
El cambio de la estrella rojiblanca tan pronto sorprendió, pero el entrenador del Atlético tenía razones para hacerlo y «no lo iba a poner», aseguró
Cuando Sorloth se preparaba para entrar al campo, todo el mundo imaginaba que sería Griezmann el sustituido, pero la sorpresa llegó cuando se levantaba el cartel con el número 19, el de Julián Álvarez. El argentino había marcado el gol del Atlético y es la estrella indiscutible del equipo. No había motivo aparente para el cambio, pero Simeone tenía sus razones y las explicó en la conferencia de prensa posterior al encuentro.
«Julián venía de una descompostura dos días atrás, estuvo con fiebre. Hoy a la mañana presentó un problema estomacal y no lo iba a poner«, argumentaba el entrenador rojiblanco. «Se había entregado y por el esfuerzo que hizo había entendido que había dado todo y opté por poner a Sorloth, que lo hizo muy bien», añadía.
Sorloth marcó el segundo gol del Atlético cuando llevaba sólo diez minutos en el campo, pero no fue suficiente para ganar el partido. El Atlético echaba de menos a Julián, pero no era una cuestión anímica ni un simple capricho del entrenador que sólo durara una hora sobre el césped.
Simeone encontraba la razón de la derrota en otro lado, en la concentración defensiva después del gol de Sorloth. «No defendimos bien ese inicio del saque del medio de ellos para estar fuertes y ellos metieron un golazo», decía en referencia al 2-1 de Lewandowski. «Ese gol nos hizo daño y nos llevó a ese escenario que parece de duda. El Barcelona juega muy bien. Los futbolistas individualmente tienen una categoría increíble, competimos muy bien con nuestras armas y es lo positivo que queda del partido», reflexionaba.
Simeone tenía motivos para cambiar a Julián, pero sí le queda la culpa de no haber hecho otro cambio antes. «Cuando nos pusimos 2-0 el partido estaba en una posición importante. Tardé en meter a Giménez antes de que sacaran del medio. Sacaron y metieron el primer gol, nos pusimos a hablar y metieron el segundo. No quiero decir que si hubiera sacado a Giménez nos hubieran marcado pero el equipo necesitaba fortaleza porque el Barcelona se la iba a jugar a todo o nada y nosotros no pudimos hacernos fuertes ni aprovechar los contragolpes», se lamentaba.
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