Es tan capaz de quitarnos la vida como de salvárnosla. Este lagarto gigante del desierto de Norteamérica, conocido como monstruo de Gila, ha revolucionado el mundo de la medicina por su capacidad de sobrevivir con unas pocas comidas al año, gracias a una hormona de su veneno que ralentiza la digestión.
Lo interesante de esta hormona es que supuso una revolución en la lucha contra la diabetes tipo 2 y la obesidad, allanando el camino para desarrollar el Ozempic, un medicamento que ha sido éxito de ventas en el mundo, acumulando miles de millones de dólares anuales: «Solo en Estados Unidos, las farmacias despachan cada mes millones de recetas de Ozempic y medicamentos afines, que se han hecho populares por sus efectos adelgazantes», explican desde The New York Times.
Pero ¿qué tiene de especial este reptil y cómo se logró obtener de una de sus toxinas, uno de los medicamentos más sonados de las últimas décadas?
El peculiar veneno de Gila
Aunque el veneno del monstruo de Gila normalmente no es mortal para los humanos adultos sanos, puede causar la muerte en adultos intoxicados por alcohol o que traten mal la mordedura. Además, el veneno de este reptil se considera el más doloroso producido por cualquier vertebrado.
Según investigaciones de la Universidad de Queensland, este veneno no solo sirve para inmovilizar a sus presas, sino que ha evolucionado para ser una herramienta perfecta para cazar pequeños animales, aprovechando su falta de agilidad.
Sin embargo, lo más llamativo de este tóxico es lo que descubrieron sobre cómo afecta al propio animal: contiene una hormona única que ralentiza su metabolismo, permitiéndole sobrevivir durante largos periodos sin necesidad de alimentarse. En total, el monstruo de Gila puede pasar hasta un año con solo seis comidas, una adaptación que podría ser clave para su supervivencia en el árido desierto, donde la comida es escasa y las condiciones son extremas.
Aislar la hormona para obtener el Ozempic
Al aislarla esta hormona, a la que llamaron exendina-4, los investigadores descubrieron que era muy similar al GLP-1, una sustancia que los seres humanos producimos de manera natural para regular los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas.
Aunque había una característica diferente clave: mientras que el GLP-1 humano sale rápidamente del cuerpo a través de los mecanismos naturales de excreción, la exendina-4 se mantiene más tiempo en el organismo, lo que hace que su efecto sobre la regulación de la glucosa sea de mayor duración. Esto da lugar a la base para crear medicamentos que funcionen como agonistas del receptor GLP-1.
El veneno, una potencial cura para el ser humano
No es la primera vez que el ser humano trata de emular la naturaleza a través de los venenos de otros animales: «Ya en la década de 1970 se aisló un péptido del veneno de la serpiente brasileña Bothrops jararaca, que dio origen a los inhibidores de la ECA, fármacos que hoy son esenciales para el control de la presión arterial y la insuficiencia cardíaca«, explica a BBC el profesor Kini, experto en la investigación de toxinas para encontrar usos alternos.
Otros ejemplos de esto van desde caracoles marinos, cuyas neurotoxinas permiten tratar dolores crónicos cuando se modifican en el laboratorio, hasta las sanguijuelas médicas, cuyo anticoagulante natural derivó en fármacos que reducen el riesgo de embolismos.
Y aunque su venenosa mordida podría llegar a ocasionarle serias complicaciones a un ser humano -en noviembre de 2024, un hombre falleció en el estado de Colorado…
Es tan capaz de quitarnos la vida como de salvárnosla. Este lagarto gigante del desierto de Norteamérica, conocido como monstruo de Gila, ha revolucionado el mundo de la medicina por su capacidad de sobrevivir con unas pocas comidas al año, gracias a una hormona de su veneno que ralentiza la digestión.
Lo interesante de esta hormona es que supuso una revolución en la lucha contra la diabetes tipo 2 y la obesidad, allanando el camino para desarrollar el Ozempic, un medicamento que ha sido éxito de ventas en el mundo, acumulando miles de millones de dólares anuales: «Solo en Estados Unidos, las farmacias despachan cada mes millones de recetas de Ozempic y medicamentos afines, que se han hecho populares por sus efectos adelgazantes», explican desde The New York Times.
Pero ¿qué tiene de especial este reptil y cómo se logró obtener de una de sus toxinas, uno de los medicamentos más sonados de las últimas décadas?
El peculiar veneno de Gila
Aunque el veneno del monstruo de Gila normalmente no es mortal para los humanos adultos sanos, puede causar la muerte en adultos intoxicados por alcohol o que traten mal la mordedura. Además, el veneno de este reptil se considera el más doloroso producido por cualquier vertebrado.
Según investigaciones de la Universidad de Queensland, este veneno no solo sirve para inmovilizar a sus presas, sino que ha evolucionado para ser una herramienta perfecta para cazar pequeños animales, aprovechando su falta de agilidad.
Sin embargo, lo más llamativo de este tóxico es lo que descubrieron sobre cómo afecta al propio animal: contiene una hormona única que ralentiza su metabolismo, permitiéndole sobrevivir durante largos periodos sin necesidad de alimentarse. En total, el monstruo de Gila puede pasar hasta un año con solo seis comidas, una adaptación que podría ser clave para su supervivencia en el árido desierto, donde la comida es escasa y las condiciones son extremas.
Aislar la hormona para obtener el Ozempic
Al aislarla esta hormona, a la que llamaron exendina-4, los investigadores descubrieron que era muy similar al GLP-1, una sustancia que los seres humanos producimos de manera natural para regular los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas.
Aunque había una característica diferente clave: mientras que el GLP-1 humano sale rápidamente del cuerpo a través de los mecanismos naturales de excreción, la exendina-4 se mantiene más tiempo en el organismo, lo que hace que su efecto sobre la regulación de la glucosa sea de mayor duración. Esto da lugar a la base para crear medicamentos que funcionen como agonistas del receptor GLP-1.
El veneno, una potencial cura para el ser humano
No es la primera vez que el ser humano trata de emular la naturaleza a través de los venenos de otros animales: «Ya en la década de 1970 se aisló un péptido del veneno de la serpiente brasileña Bothrops jararaca, que dio origen a los inhibidores de la ECA, fármacos que hoy son esenciales para el control de la presión arterial y la insuficiencia cardíaca«, explica a BBC el profesor Kini, experto en la investigación de toxinas para encontrar usos alternos.
Otros ejemplos de esto van desde caracoles marinos, cuyas neurotoxinas permiten tratar dolores crónicos cuando se modifican en el laboratorio, hasta las sanguijuelas médicas, cuyo anticoagulante natural derivó en fármacos que reducen el riesgo de embolismos.
20MINUTOS.ES – Ciencia
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