20 de abril de 2025

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El turismo busca dar respuesta a la pregunta de cada verano: “¿Aceptan mascotas?”

Todos los años, la misma pregunta. A medida que se acerca la Semana Santa y la temporada de verano, miles de dueños de mascotas empiezan los preparativos y repiten la misma consulta ante hoteles, dueños de restaurantes y turoperadores: “¿Aceptan mascotas?”. Los datos de Google, el primer paso de cualquier búsqueda, lo confirman: las consultas sobre las políticas de los establecimientos comienzan a dispararse a partir de junio de cada año y, en agosto de 2024, alcanzaron su punto máximo. Hoteles, apartamentos, campings y restaurantes reciben, además, múltiples consultas en sus canales directos.

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Los sí y los no de viajar con mascotas, según la Ley de Bienestar Animal

  • La norma establece que, de viajar en coche, las mascotas no pueden viajar sueltos, por lo que se debe de disponer de alguna forma de sujeción obligatoria o, si se prefiere, de un transportin específico. Perros y gatos tampoco pueden permanecer solo en el vehículo si la temperatura exterior puede poner en peligro su salud.
  • En caso de dejar al pequeño compañero en casa, algo que sucede a menudo con los gatos, los mismos no deben permanecer más de 72 horas consecutivas solos.
  • De acuerdo a la normativa, los animales no podrán acceder a las cocinas, despensas u otras zonas de los restaurantes o alojamientos destinadas a cocinar o a guardar los alimentos. Sin embargo, su presencia en otras zonas comunes depende exclusivamente de la voluntad del establecimiento. Sin embargo, la ley establece que, de limitar la entrada, cada espacio deberá contar con un distintivo visible desde fuera. Es decir, no basta con solo informarlo a los clientes, sino que se debe anunciar expresamente.
  • Además, un consejo que se repite entre los encargados de establecimientos hoteleros y apartamentos turísticos, es no olvidar la cartilla veterinaria o pasaporte sanitario del animal, donde constan los datos del mismo y su pauta de vacunación. Sin el mismo, por ejemplo, los animales no pueden salir de España a ningún país vecino.

 Un tercio de los hoteles ya ofertan habitaciones ‘pet friendly’ pero los desafíos se acumulan en materia de hostelería y transporte, en un país con más perros que niños  

Todos los años, la misma pregunta. A medida que se acerca la Semana Santa y la temporada de verano, miles de dueños de mascotas empiezan los preparativos y repiten la misma consulta ante hoteles, dueños de restaurantes y turoperadores: “¿Aceptan mascotas?”. Los datos de Google, el primer paso de cualquier búsqueda, lo confirman: las consultas sobre las políticas de los establecimientos comienzan a dispararse a partir de junio de cada año y, en agosto de 2024, alcanzaron su punto máximo. Hoteles, apartamentos, campings y restaurantes reciben, además, múltiples consultas en sus canales directos.

“Hay un impulso cada vez mayor y más empresas interesadas”, apunta Pablo Muñoz Gabilondo, cuidador y responsable del proyecto ‘Pipper on Tour’. Este Parson Russell Terrier de nueve años lleva recorriendo España desde 2018, dando forma a una comunidad de más de 100.000 seguidores en Instagram que lo ha catapultado hasta un programa semanal propio que se emitió entre 2023 y 2024 en La 2 de TVE. “España viene atrasada en cuanto a considerar al animal como uno más de la familia, pero esto hoy ya es una realidad: ya hay más mascotas que niños”, asegura. Según un informe de Funcas, elaborado a partir de datos de Eurostat, hay en el país seis animales de compañía por cada menor de cuatro años.

Aunque no existen cifras oficiales, las estimaciones sobre los alojamientos que reciben perros, gatos y otros pequeños animales coinciden en que estas van en aumento. Las firmas del sector estiman que casi uno de cada tres establecimientos en Booking.com se oferta como pet friendly, un poco por detrás del promedio europeo. Sin embargo, detrás de esta etiqueta aparece una amplia variedad de alternativas, ya que cada firma se reserva el derecho de cobrar suplementos (que llegan a superar los 40 euros por noche en algunos casos) o imponer condiciones y requisitos a los propietarios de las mascotas.

La oferta de soluciones para los visitantes que no quieren dejar a su mascota en casa también aparece como una forma de diferenciación para muchas cadenas. “Recibimos 210 mascotas en todo 2024″, apunta Toni García, gerente del hotel Casual Ibira en Granada. Este hotel destaca que “solo una vez” tuvieron que contactar a los dueños de un perro por los ruidos molestos del animal, pero que la mayoría de las estancias no generan ningún problema. La llegada de estos visitantes de cuatro patas sí genera algunos cambios en la operación, como un proceso de limpieza de la habitación que puede ralentizarse hasta 10 minutos, para lo cual se agregan nuevos dispositivos de mayor potencia que aseguren la limpieza. Pese a estas inversiones, la cadena de origen valenciano no cobra ningún coste adicional por venir acompañado a cualquiera de sus 41 habitaciones en la ciudad granadina.

Detrás de la introducción de estas opciones hay un claro cálculo empresarial. “Los viajeros que eligen alojamientos pet friendly suelen invertir más en su estancia, ya sea en suites más amplias o en servicios adicionales, lo que impacta positivamente en el gasto medio por huésped”, comentan desde Palladium Hotel Group. Desde esta cadena aseguran que la evolución de estas ofertas incluirá nuevas experiencias personalizadas para perros y gatos y tratamientos de bienestar, “como si las mascotas fueran un huésped más”.

El creciente interés también ha permitido la aparición de alternativas donde ellos son los protagonistas principales. Ricardo Alonso, uno de los socios detrás de Guauqueviajes, la primera empresa en España en ofrecer propuestas turísticas pensadas para perros y sus dueños, comenta: “El cambio ha sido bastante fuerte desde que empezamos. Se notan ya bastantes diferencias: cada vez vienen más hombres; antes solo eran mujeres o parejas que querían venir con sus perros”, señala Alonso, quien precisa que los visitantes valoran que la mascota sea tratada como “un miembro más de la familia”. Otro de los cambios que destaca Alonso es la transformación en los propios perros. “Al principio venían perros de tienda; ahora, el 90% son adoptados o encontrados, lo que nos habla de una creciente concienciación por parte de los dueños”, destaca.

Las soluciones pet friendly también se han colado en el mundo del lujo. “Las mascotas son parte de la familia y, por supuesto, deben sentirse igual de bienvenidas que cualquier huésped”, comenta Azahara Cavanillas, responsable de marketing del Kimpton Aysla Mallorca, un lujoso resort boutique ubicado en Mallorca. En este caso, además de las propuestas usuales para simplificar el viaje, se ofrecen algunas soluciones que, de momento, pocos alojamientos brindan. “Contamos con pienso gratuito disponible en recepción, por si algún cliente olvida traer el suyo. Y si necesitan una opción especial, nuestro equipo de cocina puede preparar comida natural adaptada a sus necesidades”, asegura Cavanillas.

Una foto facilitada por Casual Hotels.

Los sí y los no de viajar con mascotas, según la Ley de Bienestar Animal

  • La norma establece que, de viajar en coche, las mascotas no pueden viajar sueltos, por lo que se debe de disponer de alguna forma de sujeción obligatoria o, si se prefiere, de un transportin específico. Perros y gatos tampoco pueden permanecer solo en el vehículo si la temperatura exterior puede poner en peligro su salud.
  • En caso de dejar al pequeño compañero en casa, algo que sucede a menudo con los gatos, los mismos no deben permanecer más de 72 horas consecutivas solos.
  • De acuerdo a la normativa, los animales no podrán acceder a las cocinas, despensas u otras zonas de los restaurantes o alojamientos destinadas a cocinar o a guardar los alimentos. Sin embargo, su presencia en otras zonas comunes depende exclusivamente de la voluntad del establecimiento. Sin embargo, la ley establece que, de limitar la entrada, cada espacio deberá contar con un distintivo visible desde fuera. Es decir, no basta con solo informarlo a los clientes, sino que se debe anunciar expresamente.
  • Además, un consejo que se repite entre los encargados de establecimientos hoteleros y apartamentos turísticos, es no olvidar la cartilla veterinaria o pasaporte sanitario del animal, donde constan los datos del mismo y su pauta de vacunación. Sin el mismo, por ejemplo, los animales no pueden salir de España a ningún país vecino.

Los puntos débiles

Los cambios que ha sufrido el sector no implican que no haya desafíos aún pendientes. Moverse por España con un perro si no se dispone de coche puede ser una tarea algo desafiante. “La gente no quiere meter al perro en una bodega, y esto limita las ofertas disponibles”, destaca Alonso. De momento, en trenes de alta velocidad, solo Renfe permite viajar con perros de hasta 40 kilos en algunas líneas seleccionadas, aunque exige el abono de un extra de 35 euros al comprar el billete, dentro de lo que la operadora pública define como una “prueba piloto”. Las otras dos operadoras ferroviarias, Iryo y Ouigo, permiten únicamente el viaje con animales pequeños que no pesen más de 10 kilos.

Estas limitaciones, afirman desde el sector turístico, restringen la llegada de turistas (y mascotas) de países vecinos. García comenta que, de los turistas con mascotas, el 54% fueron extranjeros, de los cuales alemanes, italianos y británicos representan casi el 18%.

Algo similar ocurre en el aire, donde las aerolíneas imponen un límite de peso para llevar a los animales en cabina. Por su parte, algunas aerolíneas low cost, como Ryanair y Wizz Air, no permiten transportar animales salvo que sean de asistencia o lazarillo. En autobús, las empresas no informan de ninguna opción que no sea transportar a las mascotas en la bodega.

A los inconvenientes en el transporte se suman las actividades a realizar, que, sobre todo en entornos urbanos, presentan contratiempos. Por ejemplo, en el caso de Granada, su gran atracción turística, la Alhambra, no admite mascotas, a excepción de perros guía o de asistencia social, así como los animales de apoyo a los servicios de seguridad.

Desde Civitatis, que cuenta con más de 91.000 propuestas en todo el mundo, destacan que el 23% de sus visitas en España son pet friendly. Esto, sin embargo, no soluciona los contratiempos de algunas paradas donde las mascotas aún no pueden acceder, como museos, patrimonios históricos y algunos restaurantes. La nueva ley de bienestar animal, aprobada en 2023, prohíbe a los responsables dejar atados fuera a los perros, pero solo especifica que los establecimientos “puedan facilitar” su entrada, a elección de los propietarios. Sin embargo, cuando se mira por comunidad, autonomías como Aragón prohíben de forma total el acceso de perros y gatos a espacios de comida.

El ‘no’ a las mascotas va más allá de los espacios privados en grandes ciudades. “Me ha pasado de estar con Pipper en Peñíscola en pleno invierno y que la policía estuviera controlando que no haya perros en las playas vacías”, apunta Muñoz Gabilondo. “España tiene una oferta de sol y playa brutal, pero aún hay pocas que admitan perros”, confirma.

La pregunta que se hacen en el sector es si, una vez resueltos los detalles normativos, este segmento turístico se inclinará hacia propuestas generales o, por el contrario, se convertirá en una alternativa de nicho. Esto no sería una sorpresa y repetiría lo que algunos hoteles ya hacen con la etiqueta adults only. De momento, los pequeños (y no tan pequeños) compañeros de cuatro patas avanzan rápidamente en todas las capitales turísticas españolas y del extranjero. Aunque el pasaporte sanitario no cuenta con espacio para estampas de cada destino, perros y gatos quedan inmortalizados en las fotografías de sus dueños.

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