Es “absolutamente insólito” que Estados Unidos “se sitúe con el agresor” en la guerra de Ucrania. Trump va a ser “la ruina de Estados Unidos”, el responsable “de un cambio en la hegemonía global” en favor de China. El expresidente Felipe González ofrece una panorámica de la geopolítica global en una entrevista difundida en la fundación que lleva su nombre, en la que no elude el análisis de la actualidad política española. Pero el meollo de esa conversación se centra en la sacudida protagonizada por el nuevo presidente de EE UU, Donald Trump, y sus consecuencias sobre Europa. González critica que el nuevo inquilino del Despacho Oval “no solo no le pide a Putin que sea responsable con el destrozo que ha hecho en un país soberano, sino que lo que le ofrece son premios por ese disparate. Lo cual da vía libre a que lo haga cualquiera en cualquier lugar del mundo”. “Ese es el estilo Trump”, dice, a quien califica de “mercachifle” y define como un “ignorante que no es consciente de su ignorancia”. “No hay un proyecto en el que quepan ese tipo de barbaridades como trasformar Gaza en un resort. El problema palestino no va a desaparecer, y en esto sigo apelando a la conciencia de seguridad que tenía Isaac Rabín porque no existe más solución que la partición de Palestina y el Estado palestino”, añade.
El expresidente del Gobierno afirma que para tener una buena política de defensa debe haber un acuerdo entre socialistas y populares
Es “absolutamente insólito” que Estados Unidos “se sitúe con el agresor” en la guerra de Ucrania. Trump va a ser “la ruina de Estados Unidos”, el responsable “de un cambio en la hegemonía global” en favor de China. El expresidente Felipe González ofrece una panorámica de la geopolítica global en una entrevista difundida en la fundación que lleva su nombre, en la que no elude el análisis de la actualidad política española. Pero el meollo de esa conversación se centra en la sacudida protagonizada por el nuevo presidente de EE UU, Donald Trump, y sus consecuencias sobre Europa. González critica que el nuevo inquilino del Despacho Oval “no solo no le pide a Putin que sea responsable con el destrozo que ha hecho en un país soberano, sino que lo que le ofrece son premios por ese disparate. Lo cual da vía libre a que lo haga cualquiera en cualquier lugar del mundo”. “Ese es el estilo Trump”, dice, a quien califica de “mercachifle” y define como un “ignorante que no es consciente de su ignorancia”. “No hay un proyecto en el que quepan ese tipo de barbaridades como trasformar Gaza en un resort. El problema palestino no va a desaparecer, y en esto sigo apelando a la conciencia de seguridad que tenía Isaac Rabín porque no existe más solución que la partición de Palestina y el Estado palestino”, añade.
González disecciona el paulatino deterioro del Partido Republicano, engullido por el trumpismo. “Estamos ante un personaje [Trump] que no es un republicano, y los conozco bien por una larga experiencia: me he reunido muchas veces con [Ronald] Reagan, muchas veces con [George H. W.] Bush siendo vicepresidente y presidente, y Trump no es un republicano: el único republicano que hay en su Gobierno es Marco Rubio”. “Está rompiendo todas las reglas de juego. Todo lo reduce a negocio”, apunta, alineado con las voces que han denunciado la mezcla de populismo, nativismo y demagogia que caracteriza el liderazgo actual del partido.
“Trump va a ser la ruina de Estados Unidos”, afirma González, y su presidencia “va a acabar con la hegemonía internacional de la primera potencia democrática del mundo, en prejuicio de EE UU”. Algo que, a su parecer, acabará beneficiando a China. “¿Es esto lo que pretende?”, se pregunta. “Ni siquiera sabe lo que pretende. ¿Cree que esto va a beneficiar a EE UU? A los ciudadanos, no. Puede beneficiar durante un tiempo a la oligocracia que ahora lo rodea, pero a los ciudadanos, en absoluto”, añade en referencia a los Elon Musk y demás tecnoligarcas cercanos al presidente.
Preguntado por lo que ha podido pasar para que Trump repita mandato en la Casa Blanca después de la presidencia del demócrata Joe Biden, Felipe González indica que, en su opinión, los demócratas han “caído en el defecto en el que ha caído mucha gente progresista: en dividir a la sociedad en no sé cuántas cosas identitarias que después hay que sumar y que después no suman, en olvidarse de que la defensa de la igualdad es la señal de progreso”.
Las derivadas europeas del trumpismo, además de la guerra comercial en ciernes por las subidas arancelarias, pasa por la defensa europea, subcontratada durante décadas a Washington. González hace varias referencias en esa charla al aumento del gasto en defensa. Asegura que “había señales de que teníamos que hacernos cargo de nuestra política de defensa y de que debíamos tener menos dependencia de los demás”. “Tiene que haber unidades militares europeas y misiones europeas coordinadas”, dice, mientras lanza una crítica a quienes se muestran en contra de incrementar el gasto militar que, apunta, “siempre están en los extremos”.
En este sentido, el expresidente considera importante que Europa tenga “a una persona al frente de la política exterior y de seguridad”. “A mí me parece perfecto que haya una presidenta de la Comisión con sus iniciativas y al Parlamento Europeo apoyando estas decisiones con las mayorías que se están conformando en Alemania”, unas mayorías que, dice, en España deberían ser posibles con un acuerdo entre los dos grandes partidos: “Si queremos hacer una política de defensa se tiene que poner de acuerdo el PP con el PSOE”, afirma en referencia a las últimas votaciones en el Congreso y a las dificultades de Pedro Sánchez para mantener la mayoría de investidura en este y otros asuntos.
“Me da igual que tratemos el tema de la dana, que traemos el tema de la seguridad… Lo que importaría de verdad es que el PP y el PSOE se pusieran de acuerdo en temas que son centrales, vitales para nuestra vida ordinaria”, sostiene. Eso va más allá del incremento del gasto en defensa. A los ciudadanos, dice, les preocupa “el problema de la vivienda”. “Para cualquier joven, [España] se ha convertido en un país imposible”. “Para los viejos, cuando les mandan callar, también”. Y señala: “A mí, alguno de los compañeros me mandan callar a cada rato”. “La ciudadanía estaría encantada de que hubiera un acuerdo PP-PSOE de verdad, y no esta barrera ficticia de polarización desde arriba”.
González llevaba tiempo abogando por la gran coalición, pero el rearme europeo, el desafío de Putin y la nueva Administración de EE UU convierten ese pacto PSOE-PP, a su juicio, en más necesario que nunca. “¿Nosotros podemos hacer un pacto para enfrentar este desafío que es enormemente importante de defensa de seguridad europea en un momento como ese?”, se pregunta. “Claro que lo podemos hacer”, afirma, y se agarra al ejemplo de Alemania. “Tiene que ser un auténtico pacto, no una imposición”. Al cierre de la entrevista, el expresidente hace referencia al aniversario de la adhesión de España a la UE: “Imagina en qué situación estaríamos si eso no hubiera ocurrido”. Y contrapone esa entrada en la Unión con la muerte del dictador Francisco Franco: “Que se muriera Franco en la cama fue relevante para todos, nos alivió; pero ¿salimos a la calle a festejarlo? No, nos metimos debajo de las piedras a ver qué pasaba porque se había acabado Franco, el franquismo no, y la lucha por las libertades continuaba. Solo se consolidaron con la transición, y hasta que no admitan claramente que la Transición es la constitución del nuevo régimen de libertades que nos permitió Europa, estaremos buscando franquistas debajo de las de las piedras y, si no, creándolos”.
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