La economía española tira como un cohete. Según el avance que ha publicado este miércoles el INE, en 2024 creció un 3,2%, en plena atonía europea y acelerándose respecto al 2,7% registrado el año anterior. El consumo de los hogares ha ido recuperándose conforme aminora la inflación, suben los sueldos cerca del 5% en promedio y se mantienen unas importantes ayudas públicas diseñadas para paliar el impacto de los precios. También ha contribuido la actualización que se hizo de las pensiones al 8,5%, que además ha provocado que suba algo el ahorro. Y tres han sido los motores principales: por un lado, un turismo en cifras récord y una hostelería impulsados con una inusitada fuerza tras la pandemia pese a subir mucho los precios. Por otro, la fortísima llegada de inmigrantes, que ha compensado la disminución de la población autóctona por el envejecimiento, cubriendo las necesidades de vacantes. Según la Encuesta de Población Activa, de los 468.000 puestos de trabajo creados el año pasado, solo 59.000 fueron ocupados por nacionales. El 88% del empleo creado se debe a trabajadores extranjeros o de doble nacionalidad. Y por último, el consumo público, que ha seguido subiendo, sobre todo por las autonomías, incluso después del fuerte incremento que vivió con la pandemia, apoyado en el dinamismo de los ingresos públicos por la inflación.
Suma un 0,8% en el cuarto trimestre y crece muy por encima de la media europea
La economía española tira como un cohete. Según el avance que ha publicado este miércoles el INE, en 2024 creció un 3,2%, en plena atonía europea y acelerándose respecto al 2,7% registrado el año anterior. El consumo de los hogares ha ido recuperándose conforme aminora la inflación, suben los sueldos cerca del 5% en promedio y se mantienen unas importantes ayudas públicas diseñadas para paliar el impacto de los precios. También ha contribuido la actualización que se hizo de las pensiones al 8,5%, que además ha provocado que suba algo el ahorro. Y tres han sido los motores principales: por un lado, un turismo en cifras récord y una hostelería impulsados con una inusitada fuerza tras la pandemia pese a subir mucho los precios. Por otro, la fortísima llegada de inmigrantes, que ha compensado la disminución de la población autóctona por el envejecimiento, cubriendo las necesidades de vacantes. Según la encuesta de población activa, de los 468.000 puestos de trabajo creados el año pasado, solo 59.000 fueron ocupados por nacionales. El 88% del empleo creado se debe a trabajadores extranjeros o de doble nacionalidad. Y por último, el consumo público, que ha seguido subiendo, sobre todo por las autonomías, incluso después del fuerte aumento que vivió con la pandemia, apoyado en el tirón de los ingresos públicos por la inflación.
El lado menos positivo de este patrón de crecimiento es que la productividad no despega como sería deseable, aunque por fin crece tras varios años estancada. Al fin y al cabo, el turismo la inmigración y el consumo público no se caracterizan por empujar la productividad. La otra nota negativa y que también explica ese comportamiento más pobre de la productividad es la marcha de la inversión privada, que ha sido el capítulo más rezagado en la recuperación de la pandemia a pesar de los fondos europeos y de que las empresas presenten unas cuentas saneadas. Si bien esta rúbrica empieza a repuntar también en los últimos datos en un contexto en el que han comenzado a descender los tipos de interés y se afianza un crecimiento robusto.
Al crecer en parte a fuerza de sumar población, el PIB per cápita se resiente y no avanza con la misma fortaleza que el conjunto de la economía. Y otro tanto sucede con el consumo per cápita, lastrado todavía por la inflación y las subidas de tipos. Esta evolución explica que algunas partes de la población todavía sientan que la recuperación no es tan fuerte como se aprecia en los grandes números.
Respecto al cuarto trimestre, la economía sumó un robusto 0,8% trimestral, empujada por el consumo de las familias, que se dispara un 1% trimestral, y por la inversión, que aumenta un 2,8%, su mayor incremento en tres años. Esta por fin despega en un entorno más favorable. En los próximos trimestres se debería ver favorecida con un crecimiento de la economía española muy superior al europeo y que debería atraer inversiones.
Feed MRSS-S Noticias
Más noticias
Europa da el sorpaso a Wall Street pese a los aranceles: oportunidades y riesgos de un alza inesperada
¿Hay techo para el oro? Los analistas lo ven rumbo a los 3.500 dólares por onza
Los CEO buscan un nuevo tipo de mano derecha (y no la encuentran)