Las Bolsas están caras, se dice desde hace meses. Dos años de ganancias continuadas para Wall Street, superiores al 20% anual, dejaban valoraciones muy exigentes, especialmente en el sector tecnológico. La victoria de Donald Trump, con sus promesas de desregulación y rebajas de impuestos a las grandes empresas, hizo pensar a los inversores que la fiesta podía prolongarse a 2025, pero el balance de lo que llevamos de año, con el ruido de la guerra arancelaria y los crecientes temores de recesión en EE UU, está echando por tierra el guion previsto: el S&P 500 cerró el pasado jueves en territorio de corrección, al superar el 10% de caída desde sus máximos. Sin embargo, la situación está lejos de ser uniforme: el enorme peso de un puñado de grandes compañías, los llamados Siete Magníficos, que caen más de un 15% en lo que va de ejercicio, oculta el buen comportamiento de otras cotizadas. Y hay quien ha optado por salir de la Bolsa para esquivar el chaparrón y sacar rentabilidad en activos distintos. Estas son algunas de las estrategias ganadoras de lo que llevamos de curso.
Los Siete Magníficos han desatado las ventas en el sector tecnológico, pero para otros inversores 2025 está siendo un año muy rentable
Las Bolsas están caras, se dice desde hace meses. Dos años de ganancias continuadas para Wall Street, superiores al 20% anual, dejaban valoraciones muy exigentes, especialmente en el sector tecnológico. La victoria de Donald Trump, con sus promesas de desregulación y rebajas de impuestos a las grandes empresas, hizo pensar a los inversores que la fiesta podía prolongarse a 2025, pero el balance de lo que llevamos de año, con el ruido de la guerra arancelaria y los crecientes temores de recesión en EE UU, está echando por tierra el guion previsto: el S&P 500 cerró el pasado jueves en territorio de corrección, al superar el 10% de caída desde sus máximos. Sin embargo, la situación está lejos de ser uniforme: el enorme peso de un puñado de grandes compañías, los llamados Siete Magníficos, que caen más de un 15% en lo que va de ejercicio, oculta el buen comportamiento de otras cotizadas. Y hay quien ha optado por salir de la Bolsa para esquivar el chaparrón y sacar rentabilidad en activos distintos. Estas son algunas de las estrategias ganadoras de lo que llevamos de curso.
Bolsa europea. A toro pasado puede parecer una decisión lógica: las acciones europeas habían quedado rezagadas en 2024 frente al tirón estadounidense. Pero pese a ello, la posibilidad de que los índices del viejo continente ignorasen las turbulencias al otro lado del Atlántico y tomaran su propio rumbo al alza no estaba en las predicciones de muchos analistas. Por ahora, así está siendo: el Ibex 35 o el Dax alemán se revalorizan a doble dígito, mientras el Nasdaq de las tecnológicas norteamericanas se acerca a ese doble dígito, pero de caída, y el S&P 500 pierde más de un 6% en lo que llevamos de 2025. Los planes fiscales de mayor gasto propuestos desde Bruselas y Berlín para paliar décadas de infrainversión en armamento e infraestructuras están actuando como catalizadores, lo que se une a la buena marcha de la banca europea, con el BBVA y el Santander liderando el Euro Stoxx 50, el principal índice europeo, con subidas superiores al 35%.
Empresas armamentísticas. Su auge está relacionado con el punto anterior, el del mayor gasto europeo previsto en defensa para llenar el vacío dejado por las horas bajas de la alianza militar con EE UU. Pero si invertir en Bolsa europea ya deja revalorizaciones notables en apenas dos meses y medio, quienes han sido capaces de anticipar las tensiones diplomáticas promovidas por Trump y apostar su dinero a una reacción europea a gran escala para reforzar sus ejércitos, se llevan el sobresaliente, obteniendo jugosas rentabilidades. La alemana Rheinmetall avanza un 118% en lo que va de año, la francesa Thales un 76%, la italiana Leonardo un 74%, la sueca Saab un 63%, y la británica BAE Systems un 39%. La gran pregunta es si ya es demasiado tarde para entrar o aún hay margen para seguir subiendo.
Consumo defensivo y REITs. Los valores de baja volatilidad y elevado dividendo han estado en un segundo plano durante la era alcista de las grandes tecnológicas. Pero ahora, se han convertido en un refugio para los perfiles de inversor menos agresivos. Compañías de consumo como Coca-Cola, farmacéuticas como Johnson & Johnson o AbbVie, tabaqueras como Altria y REITs inmobiliarios —que en España se denominan socimis— como American Tower se revalorizan a doble dígito. Y otros muchos actores de esos sectores están batiendo también al S&P 500, un síntoma de que en tiempos de turbulencias se priman las firmas con negocios asentados por encima de aquellas con fuertes expectativas de crecimiento.
Oro. El metal precioso está siendo uno de los activos estrella de comienzo de año. Cotiza en máximos históricos, tras rebasar el viernes la barrera de los 3.000 dólares por onza. Eso supone un 13% de subida en lo que llevamos de año. Los analistas de Julius Baer apuestan por él debido a que los bancos centrales están aumentando las compras, especialmente India y China, porque las reservas están por debajo de la media y es una forma de protegerse frente a los riesgos de la inversión en bonos. Pese al repunte, los expertos de Macquarie ven todavía margen para la mejora, y apuntan a que podría alcanzar los 3.500 dólares en el tercer trimestre.
ETF inversos. Apostar contra el mercado tiene sus riesgos si este se da la vuelta, pero en lo que va de 2025, quienes han utilizado fondos de inversión cotizados (ETF) inversos del S&P 500 o el Nasdaq tecnológico están teniendo retornos favorables. Estos productos permiten al inversor ganar cuando la Bolsa cae: es decir, si el índice retrocede un 2%, sus ganancias suben aproximadamente ese 2%. Es lo que en el argot bursátil se denomina ponerse corto. No solo se puede hacer con grandes índices: algunos brokers también disponen de estos instrumentos ligados a acciones. Los ETF inversos de Tesla, por ejemplo, están entre los más rentables, porque la compañía coches eléctricos de Elon Musk acumula un batacazo superior al 30%. El riesgo aumenta exponencialmente cuando se usan estos ETF apalancados por dos o tres veces. Eso implica que si el S&P 500 cae un 2%, el beneficio es del 4 o del 6% respectivamente. Pero por el contrario, si sube en ese porcentaje, la pérdida también se multiplica. BlackRock, Vanguard o Invesco están entre los mayores proveedores de ETF.
Liquidez remunerada. La hemeroteca no engaña. Warren Buffett, el más célebre inversor vivo, lleva tiempo apostando por la liquidez como estrategia para su conglomerado, Berkshire Hathaway. El 31 de marzo de 2024 tenía 188.993 millones de dólares, al cierre del segundo trimestre del año pasado esa cantidad ya era de 276.900 millones de dólares, 325.212 millones en el tercero, y 334.201 millones al término de 2024. Una montaña de capital creciente que se ha ido construyendo con sonadas desinversiones en Apple, Bank of America y Citi. Unas empresas que acumulan rendimientos negativos en este comienzo de año.
La liquidez no es, ni mucho menos, sinónimo de tener el dinero parado en una cuenta corriente: Buffett consiguió un aumento del 27% en el beneficio operativo de Berkshire Hathaway en 2024, en parte gracias a esa estrategia conservadora. Los rendimientos de los bonos del Tesoro mejoraron, y el Oráculo de Omaha aumentó sustancialmente sus tenencias de estos valores a corto plazo. En España, sin embargo, los rendimientos de las letras del Tesoro están menguando cada vez más: en la subasta de la semana pasada el interés a tres meses cayó al 2,379%, y el de las letras a nueve meses subió ligeramente al 2,281%.
Feed MRSS-S Noticias
Más noticias
Alphabet compra Wiz por 32.000 millones de dólares en la mayor adquisición de su historia
Morgan Stanley rebaja su recomendación a Iberdrola: cree que se ha quedado sin margen para seguir subiendo en Bolsa
Soluciones Cuatroochenta, cotizada en BME Growth, cierra un acuerdo de financiación con el grupo inversor Eiffel Investment