¿Por qué esperar a la final de los Mundiales para batir un récord del mundo pudiendo hacerlo en semifinales? Leon Marchand, el francés que en los Juegos de París ganó cuatro oros y una plata, lanzó en las semifinales de los 200 estilos un mensaje rotundo. El rey de la natación mundial es él con 23 años. Marchand dio una dentellada a uno de los récords míticos de la piscina. Una distancia marcada por dos nombres propios, Michael Phelps y Ryan Lochte. El mejor nadador de todos los tiempos dejó la frontera en 1:54.23 el 15 de agosto de 2006. Ryan Lochte desbancó al mito el 28 de julio de 2011 en los Mundiales de Shanghái con 1:54:00. La salvajada de Merchand en Singapur ha dejado la plusmarca en 1:52.69 y queda la final de hoy.
La semifinal del francés fue una brutalidad. En la primera piscina se encontró con una «liebre» perfecta. El estadounidense Shaine Casas salió como si la prueba fuese un 100 mariposa. Marcó un ritmo salvaje, perfecto para que el galo asaltara la plusmarca mundial. En el nado subacuático de la espalda, Marchand ya había pescado a Casas. Lo que sucedió en la braza fue un tsunami. En su estilo favorito reventó la semifinal y se dio un margen de dos segundos para hacer historia. Cuando tocó la pared de la cuarta piscina negó con la cabeza, levantó el brazo derecho, sacó músculo, golpeó el agua y firmó un mordisco al récord de 1.31. Una barbaridad.
Como la que volvió a protagonizar la china Zidi Yu. Con doce años y después de quedarse a seis centésimas de las medallas en los 200 estilos, Yu se clasificó con el octavo tiempo para la final de 200 mariposa, su prueba favorita. Nadó en la misma serie que Summer McIntosh. La canadiense se dejó ir y fue segunda por detrás de la australiana Elizabeth Dekkers. Yu fue de más a menos para poder nadar la que será su segunda final de los campeonatos.
En el equipo español destacó Luca Hoek en los 100 libres. Con 17 años rebajó en dos ocasiones su mejor marca personal y fijó un nuevo récord de España con 48.04. Un crono mejorable porque en su semifinal sólo se clasificó un nadador por tiempos.
El francés fijó la nueva plusmarca en la semifinal con una dentellada al récord de Ryan Lochte de 1.31 (1:52.69)
¿Por qué esperar a la final de los Mundiales para batir un récord del mundo pudiendo hacerlo en semifinales? Leon Marchand, el francés que en los Juegos de París ganó cuatro oros y una plata, lanzó en las semifinales de los 200 estilos un mensaje rotundo. El rey de la natación mundial es él con 23 años. Marchand dio una dentellada a uno de los récords míticos de la piscina. Una distancia marcada por dos nombres propios, Michael Phelps y Ryan Lochte. El mejor nadador de todos los tiempos dejó la frontera en 1:54.23 el 15 de agosto de 2006. Ryan Lochte desbancó al mito el 28 de julio de 2011 en los Mundiales de Shanghái con 1:54:00. La salvajada de Merchand en Singapur ha dejado la plusmarca en 1:52.69 y queda la final de hoy.
La semifinal del francés fue una brutalidad. En la primera piscina se encontró con una «liebre» perfecta. El estadounidense Shaine Casas salió como si la prueba fuese un 100 mariposa. Marcó un ritmo salvaje, perfecto para que el galo asaltara la plusmarca mundial. En el nado subacuático de la espalda, Marchand ya había pescado a Casas. Lo que sucedió en la braza fue un tsunami. En su estilo favorito reventó la semifinal y se dio un margen de dos segundos para hacer historia. Cuando tocó la pared de la cuarta piscina negó con la cabeza, levantó el brazo derecho, sacó músculo, golpeó el agua y firmó un mordisco al récord de 1.31. Una barbaridad.
Como la que volvió a protagonizar la china Zidi Yu. Con doce años y después de quedarse a seis centésimas de las medallas en los 200 estilos, Yu se clasificó con el octavo tiempo para la final de 200 mariposa, su prueba favorita. Nadó en la misma serie que Summer McIntosh. La canadiense se dejó ir y fue segunda por detrás de la australiana Elizabeth Dekkers. Yu fue de más a menos para poder nadar la que será su segunda final de los campeonatos.
En el equipo español destacó Luca Hoek en los 100 libres. Con 17 años rebajó en dos ocasiones su mejor marca personal y fijó un nuevo récord de España con 48.04. Un crono mejorable porque en su semifinal sólo se clasificó un nadador por tiempos.
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