¿Quién no ha anhelado, en los largos y fríos inviernos, las lágrimas de San Lorenzo? Para quienes año tras año suben a lo alto de un cerro o bajan a la orilla del mar a observarlas en silencio —y piden, por cada estrella fugaz un deseo—estas noches de verano para recordar son casi, una tradición.
Para todos ellos, este verano brillarán desde el hemisferio norte varias lluvias de estrellas: las delatas Acuáridas del Sur, las alfa Capricórnidas y, como protagonsitas, las Perseidas, que según la American Meteor Society citada por USA Today, puede llegar a 100 meteoros por hora durante su punto máximo.
¿Qué son y cuándo podrán verse las Perseidas?
Escombros del cometa periódico 109P/Swift-Tuttlen durante un momento de su periodo orbital relativamente cercano a la Tierra, las Perseidas son un espectáculo que se repite cada año.
Lo que vemos son fragmentos de roca espacial que son atraídos por la atmósfera terrestre a más de 50 kilómetros por segundo, desintegrándose en ella y produciendo su característica estela de luz.
También conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, esta lluvia de estrellas podrá verse desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, alcanzando su pico máximo de actividad entre el 11 y el 13 de agosto. La noche álgida será la del 12 de agosto sobre las 22:00 horas según el IGN (Instituto Geográfico Nacional). Si embargo, desde el IGN aseguran que «por desgracia, la Luna acabará de pasar su fase llena, por lo que estará muy iluminada».
¿Cómo ver bien las Perseidas?
La mejor forma de observar las Perseidas es, según el IGN, acudir a «cualquier lugar con tal de que proporcione un cielo oscuro». Añaden, «es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión».
Por último, aconsejan que «conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente». Para ello, lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
También conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo, son un fenómeno que se produce todos los años entre los meses de julio y agosto.
¿Quién no ha anhelado, en los largos y fríos inviernos, las lágrimas de San Lorenzo? Para quienes año tras año suben a lo alto de un cerro o bajan a la orilla del mar a observarlas en silencio —y piden, por cada estrella fugaz un deseo—estas noches de verano para recordar son casi, una tradición.
Para todos ellos, este verano brillarán desde el hemisferio norte varias lluvias de estrellas: las delatas Acuáridas del Sur, las alfa Capricórnidas y, como protagonsitas, las Perseidas, que según la American Meteor Society citada por USA Today, puede llegar a 100 meteoros por hora durante su punto máximo.
¿Qué son y cuándo podrán verse las Perseidas?
Escombros del cometa periódico 109P/Swift-Tuttlen durante un momento de su periodo orbital relativamente cercano a la Tierra, las Perseidas son un espectáculo que se repite cada año.
Lo que vemos son fragmentos de roca espacial que son atraídos por la atmósfera terrestre a más de 50 kilómetros por segundo, desintegrándose en ella y produciendo su característica estela de luz.
También conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, esta lluvia de estrellas podrá verse desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, alcanzando su pico máximo de actividad entre el 11 y el 13 de agosto. La noche álgida será la del 12 de agosto sobre las 22:00 horas según el IGN (Instituto Geográfico Nacional). Si embargo, desde el IGN aseguran que «por desgracia, la Luna acabará de pasar su fase llena, por lo que estará muy iluminada».
¿Cómo ver bien las Perseidas?
La mejor forma de observar las Perseidas es, según el IGN, acudir a «cualquier lugar con tal de que proporcione un cielo oscuro». Añaden, «es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión».
Por último, aconsejan que «conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente». Para ello, lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
20MINUTOS.ES – Ciencia
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