El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney ha muerto a los 84 años. Según un comunicado emitido por su familia el nacido en Lincoln (Nebraska) falleció la noche de este lunes «debido a complicaciones de neumonía y enfermedad cardíaca y vascular». Cheney está considerado como uno de los arquitectos de la llamada «guerra contra el terrorismo» tras los atentados del 11-S y su papel fue clave en la invasión de Afganistán y la guerra contra Irak, siendo la sombra y el hombre de confianza del entonces presidente George W. Bush (2001-2009).
«Su amada esposa de 61 años, Lynne, sus hijas, Liz y Mary, y otros miembros de la familia estaban con él cuando falleció», reza el comunicado emitido por su familia. «Durante décadas, Cheney sirvió a nuestra nación, incluso como Jefe de Estado Mayor de la Casa Blanca, congresista de Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de los Estados Unidos», continúa para añadir que «fue un gran y buen hombre que enseñó a sus hijos y nietos a amar a nuestro país y a vivir vidas de coraje, honor, amor, amabilidad y -curioso- pesca con mosca. Estamos muy agradecidos por todo lo que Dick Cheney hizo por el país».
Tal y como recuerda su familia, el que fuera ‘número dos’ de Bush estuvo también al frente de la cartera de Defensa y pasó a ser uno de los pilares fundamentales del Partido Republicano. Sin embargo, entre sus últimas declaraciones, Cheney levantó alguna que otra llaga en las filas republicanas, ya que admitió que no votaría por Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, y sí lo haría por la representante demócrata, Kamala Harris.
La carrera política de Cheney comenzó temprano, tras ser becario del congresista William A. Steiger, accedió a la Casa Blanca durante las presidencias de Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974-1977), en la que llegó ocupar el cargo de Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1975-1977). Un año después, el republicano fue elegido como representante del distrito de Wyoming en la Cámara de Representantes, donde estuvo hasta 1989, siendo reelegido cinco veces. A la Secretaría de Defensa aterrizó con George H. W. Bush, cargo que desempeñó desde 1989 hasta 1993.
IMAGEN: Dick Cheney y George W. Bush. EP
En este periodo, Cheney estuvo detrás de, entre otras, la ‘Operación Desert Storm’ (‘Operación Tomenta del Desierto’) de 1991. Tuvo que dejar Washington con las presidenciales que concedieron el Despacho Oval a Bill Clinton (1993-2001) para optar por el sector privado y ejercer de CEO de la corporación estadounidense de prestación de servicios en los yacimientos petroleros Halliburton, donde trabajó desde 1995 hasta el año 2000.
El vicepresidente más poderoso de EEUU
Pero Cheney era hombre de acción y, sobre todo, de política. Por ello, en julio de ese mismo año, George W. Bush tocó a su puerta para ofrecerle la Vicepresidencia en las elecciones presidenciales. Como compañeros de fórmula, Bush-Cheney derrotaron a los candidatos demócratas, Al Gore y el senador Joe Lieberman. Cuatro años después, ambos fueron reelegidos con un Partido Demócrata devastado que volvía a intentarlo, en esa ocasión, con John Kerry y John Edwards.
Lo más significativo de la carrera política de Cheney fue que logró que un cargo que suele ser prácticamente simbólico, como es la Vicepresidencia de EEUU, fuese del todo influyente en la Administración. Hay ejemplos claros, como el de la propia Harris, cuyas políticas se redujeron a ideas o propuestas pero que finalmente no llegaron a nada como ‘número dos’ de Joe Biden. En el caso de Cheney, su rol fue muy relevante en la respuesta de Washington a los atentados terroristas del 11 de septiembre y en la guerra contra el terrorismo.
IMAGEN: Dick Cheney y George W. Bush. EP
El vicepresidente ocupó el cargo en una de las épocas más críticas para el país. Se erigió como uno de los miembros más férreos del Gobierno defendiendo la llamada ‘Operación Iraqi Freedom’ (la guerra de Irak) incluso sin el respado del Consejo de Seguridad de la ONU. Así, fue considerado el vicepresidente con más poder de la historia, ya que su presidente le cedió toda la confianza formando parte del núcleo duro del mismo. Tenía pleno acceso al Despacho Oval, un derecho más propio del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, rompiendo así la tradición que existía en las relaciones presidente-vicepresidente conocidas hasta el momento.
No solo eso, sino que logró un despacho propio en la Cámara de Representantes para tener conexión directa con el Despacho Oval -también tenía en el Ala Oeste, en el Viejo Edificio Ejecutivo, dos en el Senado y uno en el Dirksen Senate Office Building-. No obstante, también hubo discrepancias con su fiel mandatario, sobre todo en aspectos relacionados con políticas sociales como el matrimonio igualitario en 2004 (Cheney lo apoyaba, mientras que Bush lo rechazaba). «En lo que respecta a las relaciones, mi opinión general es que la libertad significa libertad para todos. Las personas deberían ser libres de entablar cualquier tipo de relación que deseen«, dijo.
Políticas antiterrorismo, espionaje, «técnicas de interrogatorio mejoradas»
También recibió duras críticas por sus políticas antiterrorismo, el espionaje por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y por las llamadas «técnicas de interrogatorio mejoradas», eufemismo para nombrar el programa de tortura sistemática del gobierno federal de EEUU a prisioneros.
La contreversia también le ha acompañado al hablar sobre su salud. Además de sufrir cinco infartos provocados, entre otras cosas, por ser fumador de tres paquetes de tabaco diarios durante 20 años, su estado de salud nunca ha sido bueno, siendo este uno de los asuntos que suscitaron más dudas sobre su capacidad para ejercer de hombre de confianza de Bush.
IMAGEN: Dick Cheney y Joe Biden. EP
Cheney, que se ha mantenido firme durante su carrera política en su nula ambición para ser presidente, cedió el testigo de la Vicepresidencia el 20 de enero de 2009 tras cumplir con las dos legislaturas -máximo permitido en el país norteamericano- al entonces exsenador demócrata y ahora exvicepresidente y expresidente Joe Biden. Aunque la realidad era que, sin ser elegido para ello, fue prácticamente, el verdadero presidente del país.
Para los fieles de la ficción sobre política estadounidense, pese a recibir críticas por la supuesta sombría representación que hacía de la figura de Cheney, en 2018 se estrenó la magistral película ‘Vice’, con la maestría de Adam McKay en la dirección. Una historia para entender los entresijos de la Presidencia de George W. Bush pero, sobre todo, para descubrir el preponderante papel que asumió el nacido en Lincoln durante una de las etapas más cruciales en el país. Pese a que la cita del filme «cuidado con el hombre callado. Porque mientras otros hablan, él observa. Y mientras otros actúan, él planea. Y cuando finalmente descansan… él ataca» no se puede atribuir al político, define a la perfección su figura y lo que supuso para el tablero geopolítico mundial.
Con la que quizá sí se podía autodefinir el exvicepresidente es con que «tenía fama de ser algo moderado». «En parte, creo, porque no era un ‘bombardeo’ como algunos de mis colegas conservadores, y en parte porque me llevaba bien con gente de todo el espectro político«, aseguró y, muestra de ello es que, hace un año, no iba a optar por la grandilocuencia de Donald Trump, sino que eligió a Kamala Harris.
IMAGEN: Dick Cheney. EP
Es conocido como el vicepresidente más poderoso de la historia del país y fue la sombra y hombre de máxima confianza de Bush
El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney ha muerto a los 84 años. Según un comunicado emitido por su familia el nacido en Lincoln (Nebraska) falleció la noche de este lunes «debido a complicaciones de neumonía y enfermedad cardíaca y vascular». Cheney está considerado como uno de los arquitectos de la llamada «guerra contra el terrorismo» tras los atentados del 11-S y su papel fue clave en la invasión de Afganistán y la guerra contra Irak, siendo la sombra y el hombre de confianza del entonces presidente George W. Bush (2001-2009).
«Su amada esposa de 61 años, Lynne, sus hijas, Liz y Mary, y otros miembros de la familia estaban con él cuando falleció», reza el comunicado emitido por su familia. «Durante décadas, Cheney sirvió a nuestra nación, incluso como Jefe de Estado Mayor de la Casa Blanca, congresista de Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de los Estados Unidos», continúa para añadir que «fue un gran y buen hombre que enseñó a sus hijos y nietos a amar a nuestro país y a vivir vidas de coraje, honor, amor, amabilidad y -curioso- pesca con mosca. Estamos muy agradecidos por todo lo que Dick Cheney hizo por el país».
Tal y como recuerda su familia, el que fuera ‘número dos’ de Bush estuvo también al frente de la cartera de Defensa y pasó a ser uno de los pilares fundamentales del Partido Republicano. Sin embargo, entre sus últimas declaraciones, Cheney levantó alguna que otra llaga en las filas republicanas, ya que admitió que no votaría por Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, y sí lo haría por la representante demócrata, Kamala Harris.
La carrera política de Cheney comenzó temprano, tras ser becario del congresista William A. Steiger, accedió a la Casa Blanca durante las presidencias de Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974-1977), en la que llegó ocupar el cargo de Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1975-1977). Un año después, el republicano fue elegido como representante del distrito de Wyoming en la Cámara de Representantes, donde estuvo hasta 1989, siendo reelegido cinco veces. A la Secretaría de Defensa aterrizó con George H. W. Bush, cargo que desempeñó desde 1989 hasta 1993.
IMAGEN: Dick Cheney y George W. Bush. EP
En este periodo, Cheney estuvo detrás de, entre otras, la ‘Operación Desert Storm’ (‘Operación Tomenta del Desierto’) de 1991. Tuvo que dejar Washington con las presidenciales que concedieron el Despacho Oval a Bill Clinton (1993-2001) para optar por el sector privado y ejercer de CEO de la corporación estadounidense de prestación de servicios en los yacimientos petroleros Halliburton, donde trabajó desde 1995 hasta el año 2000.
El vicepresidente más poderoso de EEUU
Pero Cheney era hombre de acción y, sobre todo, de política. Por ello, en julio de ese mismo año, George W. Bush tocó a su puerta para ofrecerle la Vicepresidencia en las elecciones presidenciales. Como compañeros de fórmula, Bush-Cheney derrotaron a los candidatos demócratas, Al Gore y el senador Joe Lieberman. Cuatro años después, ambos fueron reelegidos con un Partido Demócrata devastado que volvía a intentarlo, en esa ocasión, con John Kerry y John Edwards.
Lo más significativo de la carrera política de Cheney fue que logró que un cargo que suele ser prácticamente simbólico, como es la Vicepresidencia de EEUU, fuese del todo influyente en la Administración. Hay ejemplos claros, como el de la propia Harris, cuyas políticas se redujeron a ideas o propuestas pero que finalmente no llegaron a nada como ‘número dos’ de Joe Biden. En el caso de Cheney, su rol fue muy relevante en la respuesta de Washington a los atentados terroristas del 11 de septiembre y en la guerra contra el terrorismo.
IMAGEN: Dick Cheney y George W. Bush. EP
El vicepresidente ocupó el cargo en una de las épocas más críticas para el país. Se erigió como uno de los miembros más férreos del Gobierno defendiendo la llamada ‘Operación Iraqi Freedom’ (la guerra de Irak) incluso sin el respado del Consejo de Seguridad de la ONU. Así, fue considerado el vicepresidente con más poder de la historia, ya que su presidente le cedió toda la confianza formando parte del núcleo duro del mismo. Tenía pleno acceso al Despacho Oval, un derecho más propio del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, rompiendo así la tradición que existía en las relaciones presidente-vicepresidente conocidas hasta el momento.
No solo eso, sino que logró un despacho propio en la Cámara de Representantes para tener conexión directa con el Despacho Oval -también tenía en el Ala Oeste, en el Viejo Edificio Ejecutivo, dos en el Senado y uno en el Dirksen Senate Office Building-. No obstante, también hubo discrepancias con su fiel mandatario, sobre todo en aspectos relacionados con políticas sociales como el matrimonio igualitario en 2004 (Cheney lo apoyaba, mientras que Bush lo rechazaba). «En lo que respecta a las relaciones, mi opinión general es que la libertad significa libertad para todos. Las personas deberían ser libres de entablar cualquier tipo de relación que deseen«, dijo.
Políticas antiterrorismo, espionaje, «técnicas de interrogatorio mejoradas»
También recibió duras críticas por sus políticas antiterrorismo, el espionaje por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y por las llamadas «técnicas de interrogatorio mejoradas», eufemismo para nombrar el programa de tortura sistemática del gobierno federal de EEUU a prisioneros.
La contreversia también le ha acompañado al hablar sobre su salud. Además de sufrir cinco infartos provocados, entre otras cosas, por ser fumador de tres paquetes de tabaco diarios durante 20 años, su estado de salud nunca ha sido bueno, siendo este uno de los asuntos que suscitaron más dudas sobre su capacidad para ejercer de hombre de confianza de Bush.
IMAGEN: Dick Cheney y Joe Biden. EP
Cheney, que se ha mantenido firme durante su carrera política en su nula ambición para ser presidente, cedió el testigo de la Vicepresidencia el 20 de enero de 2009 tras cumplir con las dos legislaturas -máximo permitido en el país norteamericano- al entonces exsenador demócrata y ahora exvicepresidente y expresidente Joe Biden. Aunque la realidad era que, sin ser elegido para ello, fue prácticamente, el verdadero presidente del país.
Para los fieles de la ficción sobre política estadounidense, pese a recibir críticas por la supuesta sombría representación que hacía de la figura de Cheney, en 2018 se estrenó la magistral película ‘Vice’, con la maestría de Adam McKay en la dirección. Una historia para entender los entresijos de la Presidencia de George W. Bush pero, sobre todo, para descubrir el preponderante papel que asumió el nacido en Lincoln durante una de las etapas más cruciales en el país. Pese a que la cita del filme «cuidado con el hombre callado. Porque mientras otros hablan, él observa. Y mientras otros actúan, él planea. Y cuando finalmente descansan… él ataca» no se puede atribuir al político, define a la perfección su figura y lo que supuso para el tablero geopolítico mundial.
Con la que quizá sí se podía autodefinir el exvicepresidente es con que «tenía fama de ser algo moderado». «En parte, creo, porque no era un ‘bombardeo’ como algunos de mis colegas conservadores, y en parte porque me llevaba bien con gente de todo el espectro político«, aseguró y, muestra de ello es que, hace un año, no iba a optar por la grandilocuencia de Donald Trump, sino que eligió a Kamala Harris.
IMAGEN: Dick Cheney. EP
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