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12 de febrero de 2025

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Ni el pulpo ni los chimpancés: estos son los dos animales que han alcanzado el "punto evolutivo de no retorno", según un estudio

Desde el punto de vista biológico, hablamos de que una especie ha alcanzado su «punto evolutivo de no retorno» cuando, tras evolucionar y adaptarse a un entorno o desarrollar determinadas características, alcanza tal punto evolutivo que pierde la capacidad de regresar al estado evolutivo previo, según establece la Ley de Dollo.

Por ejemplo, los peces de las zonas abisales han desarrollado características para vivir en las zonas más profundas del océano y, por otra parte, han perdido habilidades que necesitarían en otros hábitats, como la visión ocular, siendo ese cambio irreversible.

Un ejemplo son las aves, que perdieron los dientes que sí tenían sus ancestros, los dinosaurios; los pingüinos, que han perdido por completo la capacidad de volar que tuvieron antaño como aves; o las ballenas, que perdieron sus extremidades para adaptarse al entorno marino pese a ser mamíferos.

Los dos animales que no podrán revertir su evolución

Sin embargo, un estudio reciente ha revelado los últimos animales en sumarse a la lista de criaturas que han superado este «punto evolutivo de no retorno», culminando esta etapa de su evolución. Según el estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, se trata de las orcas y los delfines.

El estudio explica que los antepasados de orcas y delfines, los tetrápodos, habitaron la superficie terrestre hace 375 millones de años. Pero hace 250 millones de años aproximadamente, algunos de estos mamíferos regresaron al ecosistema marino, iniciando un lento proceso de transformación que convirtió sus extremidades en aletas y sus pieles en aptas para desplazarse por el agua.

Este proceso culminó con las actuales orcas y delfines, organismos perfectamente adaptados a la vida en los océanos y que, tal y como corrobora el estudio, jamás podrán retroceder en el proceso evolutivo.

Según explica la autora principal del estudio, la doctora Bruna Farina de la Universidad de Friburgo, los cetáceos superan un punto de no retorno al adaptarse totalmente al entorno acuático, una dependencia que los convierte en extremadamente vulnerables a otros ecosistemas.

 Un estudio explica que dos animales han alcanzado tal punto evolutivo que no podrán regresar a su estado previo.  

Desde el punto de vista biológico, hablamos de que una especie ha alcanzado su «punto evolutivo de no retorno» cuando, tras evolucionar y adaptarse a un entorno o desarrollar determinadas características, alcanza tal punto evolutivo que pierde la capacidad de regresar al estado evolutivo previo, según establece la Ley de Dollo.

Por ejemplo, los peces de las zonas abisales han desarrollado características para vivir en las zonas más profundas del océano y, por otra parte, han perdido habilidades que necesitarían en otros hábitats, como la visión ocular, siendo ese cambio irreversible.

Un ejemplo son las aves, que perdieron los dientes que sí tenían sus ancestros, los dinosaurios; los pingüinos, que han perdido por completo la capacidad de volar que tuvieron antaño como aves; o las ballenas, que perdieron sus extremidades para adaptarse al entorno marino pese a ser mamíferos.

Sin embargo, un estudio reciente ha revelado los últimos animales en sumarse a la lista de criaturas que han superado este «punto evolutivo de no retorno», culminando esta etapa de su evolución. Según el estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, se trata de las orcas y los delfines.

El estudio explica que los antepasados de orcas y delfines, los tetrápodos, habitaron la superficie terrestre hace 375 millones de años. Pero hace 250 millones de años aproximadamente, algunos de estos mamíferos regresaron al ecosistema marino, iniciando un lento proceso de transformación que convirtió sus extremidades en aletas y sus pieles en aptas para desplazarse por el agua

Este proceso culminó con las actuales orcas y delfines, organismos perfectamente adaptados a la vida en los océanos y que, tal y como corrobora el estudio, jamás podrán retroceder en el proceso evolutivo.

Según explica la autora principal del estudio, la doctora Bruna Farina de la Universidad de Friburgo, los cetáceos superan un punto de no retorno al adaptarse totalmente al entorno acuático, una dependencia que los convierte en extremadamente vulnerables a otros ecosistemas.

 20MINUTOS.ES – Ciencia