El Cruzeiro de Brasil ha denunciado un lamentable episodio de violencia ocurrido tras su eliminación del campeonato regional del estado de Minas Gerais. En redes sociales se difundieron imágenes de tres muñecos sin cabeza, con manchas rojas simulando sangre, colgados de un puente y vistiendo camisetas de los jugadores Marlon, William y Matheus Pereira. El club ha repudiado enérgicamente estos actos y ha presentado una denuncia ante la Policía.
El equipo de Belo Horizonte fue eliminado en los penaltis por el América Mineiro, un club de segunda división. La derrota desató la furia de algunos aficionados, quienes, además de la macabra imagen, también atacaron en redes sociales al portero del América, Matheus Mendes, con insultos y amenazas.
En un comunicado oficial, Cruzeiro dejó clara su postura contra estos actos: «El equipo entiende y acata los reclamos y las críticas, pero que estas permanezcan en el ámbito deportivo y jamás sean ataques, amenazas u ofensas, independientemente del equipo o club». Además, condenó los ataques hacia Matheus Mendes, subrayando que la violencia no tiene cabida en el fútbol y que se necesitan cambios para erradicar este tipo de comportamientos en la sociedad.
Los jugadores afectados fueron señalados por los aficionados debido a su actuación en el partido. Marlon y William fallaron penales en la tanda definitiva, mientras que Matheus Pereira ha estado en el centro de la polémica tras manifestar su deseo de jugar en Europa y haber estado cerca de fichar por el Zenit de Rusia.
El incidente ha generado una ola de indignación en el fútbol brasileño, con numerosas voces exigiendo medidas más contundentes contra la violencia en el deporte. Las autoridades ya están investigando el caso, y el club espera que se tomen acciones firmes para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
El fútbol es una pasión para millones de personas, pero episodios como este demuestran la urgencia de fomentar una cultura de respeto y responsabilidad entre los aficionados. La competencia deportiva debe ser un espacio de emoción y sana rivalidad, no de amenazas y violencia.
La entidad brasileña tomó medidas legales contra los responsables
El Cruzeiro de Brasil ha denunciado un lamentable episodio de violencia ocurrido tras su eliminación del campeonato regional del estado de Minas Gerais. En redes sociales se difundieron imágenes de tres muñecos sin cabeza, con manchas rojas simulando sangre, colgados de un puente y vistiendo camisetas de los jugadores Marlon, William y Matheus Pereira. El club ha repudiado enérgicamente estos actos y ha presentado una denuncia ante la Policía.
El equipo de Belo Horizonte fue eliminado en los penaltis por el América Mineiro, un club de segunda división. La derrota desató la furia de algunos aficionados, quienes, además de la macabra imagen, también atacaron en redes sociales al portero del América, Matheus Mendes, con insultos y amenazas.
En un comunicado oficial, Cruzeiro dejó clara su postura contra estos actos: «El equipo entiende y acata los reclamos y las críticas, pero que estas permanezcan en el ámbito deportivo y jamás sean ataques, amenazas u ofensas, independientemente del equipo o club». Además, condenó los ataques hacia Matheus Mendes, subrayando que la violencia no tiene cabida en el fútbol y que se necesitan cambios para erradicar este tipo de comportamientos en la sociedad.
Los jugadores afectados fueron señalados por los aficionados debido a su actuación en el partido. Marlon y William fallaron penales en la tanda definitiva, mientras que Matheus Pereira ha estado en el centro de la polémica tras manifestar su deseo de jugar en Europa y haber estado cerca de fichar por el Zenit de Rusia.
El incidente ha generado una ola de indignación en el fútbol brasileño, con numerosas voces exigiendo medidas más contundentes contra la violencia en el deporte. Las autoridades ya están investigando el caso, y el club espera que se tomen acciones firmes para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
El fútbol es una pasión para millones de personas, pero episodios como este demuestran la urgencia de fomentar una cultura de respeto y responsabilidad entre los aficionados. La competencia deportiva debe ser un espacio de emoción y sana rivalidad, no de amenazas y violencia.
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