La rebaja de tipos de interés en Estados Unidos aún tendrá que esperar. La negativa del presidente de la Reserva Federal a dar cualquier tipo de orientación sobre cuándo se plegará a los insistentes reclamos de Donald Trump y reducirá las tasas ha inyectado algo más de incertidumbre en un mercado ya de por sí volátil. “Powell no aportó nada nuevo en sus comentarios y se mostró evasivo sobre el camino a seguir”, apuntan los expertos de UBS. En Bank of America van un paso más allá e inciden en que sus palabras sobre el impacto de los aranceles en la inflación fueron “más agresivas” de lo esperado.
El presidente estadounidense vuelve a cargar contra el responsable de la política monetaria
La rebaja de tipos de interés en Estados Unidos aún tendrá que esperar. La negativa del presidente de la Reserva Federal a dar cualquier tipo de orientación sobre cuándo se plegará a los insistentes reclamos de Donald Trump y reducirá las tasas ha inyectado algo más de incertidumbre en un mercado ya de por sí volátil. “Powell no aportó nada nuevo en sus comentarios y se mostró evasivo sobre el camino a seguir”, apuntan los expertos de UBS. En Bank of America van un paso más allá e inciden en que sus palabras sobre el impacto de los aranceles en la inflación fueron “más agresivas” de lo esperado.
Las firmas de análisis creen que el movimiento llegará a la vuelta del verano, pero no tienen claro cuándo. Las expectativas de que los tipos bajen en septiembre se han recortado del 47% al 39% en menos de 24 horas, mientras que ha bajado ligeramente la probabilidad (del 48,9% al 47%) de que el movimiento se produzca en octubre, según la herramienta de predicción CME. La persistencia de Jerome Powell ha vuelto a chocar con la de Trump: “El tardón Powell lo ha vuelto a hacer!!! Va demasiado tarde, y actualmente, está demasiado enfadado, demasiado estúpido y demasiado político para tener el puesto de presidente de la Fed”, ha criticado el mandatario en su red social Truth.
Powell se aferró el miércoles a la evolución de los datos macroeconómicos y evitó pronunciarse sobre la decisión que adoptará en septiembre. “La inflación fue el aspecto en el que Powell se mostró más agresivo, probablemente en un intento de disipar más claramente cualquier indicio de que el banco central pudiera ceder a la presión política”, resumen desde la gestora de Generali. Paolo Zanghieri, economista sénior de la firma, apunta que “en una significativa salida de tono”, Powell afirmó que el FOMC estaba “teniendo en cuenta la inflación de los bienes al no subir los tipos”.
El impacto arancelario en los precios será más visible en la cita del Comité del Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés), prevista para el 16 y 17 de septiembre. En ese momento, el presidente de la Fed tendrá en su mesa los datos de empleo e inflación de julio y agosto, que podrán ayudar a esclarecer si el efecto de las tasas en los precios es efímero, tal y como defienden los dos votos disidentes de la reunión de ayer, o no. “Después de todo —recuerdan en AllianceBernstein— la última vez que el comité asumió que la inflación sería transitoria y actuó con base en ese supuesto, no tuvo un buen resultado».
Para UBS, septiembre será el mes escogido para el recorte de las tasas, justo un año después de recortar las tasas en 50 puntos básicos. Los analistas del banco suizo creen que a partir de ahí “continuará recortando 25 puntos básicos por reunión hasta enero, hasta un total de 100 puntos básicos, lo que, en nuestra opinión, situaría los tipos en un nivel aproximadamente neutral”. Ahora bien, tras el histórico rechazo mostrado por dos gobernadores de la Fed con derecho a voto a mantener las tasas, en UBS creen que “es difícil determinar con exactitud cuán débiles tendrían que ser los próximos datos para que se produjera un recorte de tasas en septiembre”.
Los estrategas de ING reconocen que “septiembre es ciertamente posible, pero dado que es probable que la inflación aumente debido a los aranceles en los próximos meses, es poco probable que obtengamos la confirmación de cifras de inflación intermensual más benignas hasta los informes de octubre y noviembre”. De ahí que opten por el último mes del año: “Creemos que diciembre será el punto de partida probable, pero que podría ser un recorte de 50 puntos básicos si la evidencia sobre la debilidad del empleo y el crecimiento del PIB se hace más evidente, como anticipamos. Esta estrategia sería similar a la que adoptó la Reserva Federal en 2024″, resumen.
Más cautela muestra Sebastian Paris Horvitz, director de análisis en LBP AM, accionista de LFDE, que mantiene como “probable que la Fed baje los tipos al menos una vez antes de finales de año”. Erik Winograd, economista jefe de EE UU de AllianceBernstein, abre la puerta a que si los datos macro no se debilitan en las próximas semanas o meses “la Fed espere más de lo previsto”, si bien prevén que el banco central ejecute un recorte total de 75 puntos básicos en el segundo semestre de este año.
Así, la atención de analistas e inversores durante las próximas semanas se centrará a partir de ahora en los argumentos que esgriman los dos gobernadores disidentes —Waller y Bowman— tras votar a favor de una rebaja de 25 puntos básicos y el encuentro de banqueros centrales de Jackson Hole, que tendrá lugar entre el 21 y el 23 de agosto. “Será otra oportunidad para que Powell dé a conocer su visión tras la siguiente ronda de datos”, resume UBS.
Mientras tanto, los analistas de ING estiman que el dólar continúe recuperándose frente al euro y consideran que la divisa europea podría bajar hasta los 1,130 dólares. “Nuestra previsión es que, para finales de septiembre, volveremos a 1,150″. Una apreciación que apoyará la continuidad de la subida del oro, que en el año avanza ya un 26%.
Feed MRSS-S Noticias
Más noticias
La Casa Blanca pone a la industria relojera suiza contra las cuerdas
Los gigantes tecnológicos presumen de crecimiento de doble dígito en la nueva era de la IA
Las Bolsas ahondan sus caídas y el dólar se mantiene firme ante la nueva ronda de aranceles