La gestión de los gobiernos del PP es el último gran filón, como antes fue el de Gaza, con el que Pedro Sánchez trata de contrarrestar la amenaza de ruptura de Junts, la falta de Presupuestos y el interminable frente judicial del caso Koldo y sus derivadas. El presidente ha culpado a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal de que Carlos Mazón siga siendo presidente de la Comunidad Valenciana a las puertas del primer aniversario de la dana en la que fallecieron 229 personas. “¿Por qué sigue Mazón? Hace un año la negligencia de uno causó una tragedia pero un año después su continuidad tiene dos responsables: su jefe político, Feijóo, y su principal apoyo parlamentario, Abascal“, ha responsabilizado el presidente del Gobierno al jefe de la oposición y al líder de Vox en el lanzamiento de la candidatura de Carlos Martínez a la presidencia de la Junta de Castilla y León, que celebra elecciones autonómicas el próximo 15 de marzo, y donde el PSOE no gobierna desde finales de los años ochenta. “La gestión que hizo la Comunitat valenciana fue negligente pero el apoyo de Feijóo y Abascal para que continúe al frente de la Comunidad Valenciana es indecente”, ha apostillado antes unos 1.500 militantes y simpatizantes en León.
El presidente arremete contra la gestión de los barones del PP por la dana, los incendios o el escándalo por los cribados del cáncer de mama
Pedro Sánchez ha culpado a Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal de que Carlos Mazón siga siendo presidente de la Comunidad Valenciana a las puertas del primer aniversario de la dana en la que fallecieron 229 personas. “¿Por qué sigue Mazón? Hace un año la negligencia de uno causó una tragedia y un año después su continuidad tiene dos responsables: su jefe político, Feijóo, y Abascal», ha responsabilizado el presidente del Gobierno al jefe de la oposición y al líder de Vox en el lanzamiento de la candidatura de Carlos Martínez a la presidencia de la Junta de Castilla y León, que celebra elecciones autonómicas el próximo 15 de marzo, y donde el PSOE no gobierna desde finales de los años ochenta. “La gestión que hizo la Generalitat valenciana fue negligente pero el apoyo de Feijóo y Abascal para que continúe al frente de la Comunidad Valenciana es indecente”, ha apostillado antes unos 1.500 militantes y simpatizantes en León.
El presidente no ha hecho ni una alusión, implícita o explícita a la última amenaza de Junts. El líder de la formación, Carlos Puigdemont, ha convocado este lunes a su ejecutiva con el propósito de consultar a la militancia neoconvergente si debe romper el acuerdo con el PSOE que posibilitó la investidura de Sánchez hace casi dos años. El líder del PSOE tampoco se ha referido a su declaración el jueves en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado, un día después del funeral de Estado por la dana. Antes, el martes, están citados en el Tribunal Supremo el exgerente del PSOE, Mariano Moreno, y una empleada del partido por los pagos en metálico al exministro socialista José Luis Ábalos y a su exasesor Koldo García.
El PSOE ha optado por eludir toda esa sucesión de riesgos en otro otoño infernal y se ha centrado en las debilidades de la gestión de los barones del PP y en cuestionar el liderazgo de Feijóo. “Los recursos son importantes, pero lo importante, lo decisivo, son las convicciones, son los principios, es creer en las políticas públicas. Lo que ha sucedido es que en Castilla y León se recortaron los bomberos y se incendiaron los montes. En Andalucía se recortó la salida pública y dejaron a mujeres absolutamente desprotegidas ante la enfermedad del cáncer de mama. En Valencia se recortó la protección civil y tuvimos la gana más drástica de los últimos años en nuestro país… Da igual que se llame Mazón, Azcón, Moreno Bonilla, Ayuso, Mañueco y una larga lista de presidentes del PP porque siguen el mismo patrón: primero lo que hacen es recortar los servicios públicos. En segundo lugar lo que hacen es mala gestión. Y en tercer lugar mienten para tratar de tapar su incompetencia y su negligencia”, ha criticado Sánchez sin hacer distinciones.
La gestión de los incendios es la última gran baza para el PSOE en Castilla y León, el gran bastión de la derecha. El último presidente socialista fue Demetrio Madrid, que renunció en 1987 tras una investigación judicial que quedó en nada. Desde entonces el PP ha concatenado gobiernos y solo pudo perder la Junta en 2019, cuando Luis Tudanca —presente en el acto de hoy— ganó las elecciones. Albert Rivera, truncó el cambio ordenando que su partido, Ciudadanos, pactase con el PP en vez de con el PSOE, como pretendía su candidato, Francisco Igea.
“Un alcalde para Castilla y León”
“Hay que abrir un camino de esperanza y dar un vuelco a 38 años de insidia, hay que romper dinámicas, seducir al 33% de gente que se queda en casa y que no son del PP. Lo tenemos que hacer por la gente de nuestra tierra ante un gobierno que les olvida”, ha resaltado Martínez, que ha recordado que en los últimos comicios “el abrazo de la derecha y extrema derecha fue pionero” en Castilla y León, poniendo el foco en el primer facto entre PP y Vox en un Ejecutivo autonómico, ya con Feijóo en Génova tras la rebelión de barones que tumbó a su antecesor, Pablo Casado. “La confianza que pedimos no es para gobernar sino para abrir un nuevo tiempo político en esta comunidad, con un proyecto colectivo para las nueve provincias”, ha abundado Martínez, secretario general de Castilla y León desde febrero y alcalde de Soria de 2007. Su resistencia a dejar el Ayuntamiento hasta que no se celebren las elecciones autonómicas le está provocando las primeras críticas dentro de la federación.
El lema escogido para dar a conocer al candidato a la Junta en las elecciones previstas como tarde para el 15 de marzo es “Un alcalde para Castilla y León”. Sin embargo, la apelación al municipalismo, con la que el PSOE confía en “acabar con la resignación” y movilizar al electorado progresista en una comunidad que el PP gobierna de forma ininterrumpida desde 1987 —superando los 36 de los socialistas en Andalucía, donde los populares apelaban al cambio cuando estaban en la oposición—, también ha mostrado las costuras del PSOE. La elección de León, dividida entre los partidarios del secretario provincial, Javier Cendón, y José Antonio Díez, el alcalde de la capital de provincia, una de las tres con regidor socialista en la comunidad junto a Soria y Palencia, ha reavivado las peleas internas.
Díez, alcalde desde 2019 y secretario general de la agrupación de la ciudad desde 2012 —es de las mayores de España con 900 militantes—, ha sido la ausencia más sonora tras ser excluido del grupo de oradores. El alcalde, la cara más visible en su partido del leonesismo, el movimiento que reclama que la provincia obtenga el estatus de autonomía ante el abandono y desagravios que achaca al doble centralismo de Madrid y Valladolid, se fue a Ayamonte (Huelva) a defender la candidatura de la ciudad para albergar en 2027 el Congreso Nacional de Hermandades y Cofradías de Nuestra Señora de las Angustias. “Voy a estar donde tengo que estar, con los leoneses. No me echarán de menos, pero es recíproco”, explicó su ausencia. “Hay personas que se creen el centro del universo”, le contestó Cendón, que formó parte del grupo exclusivo de diputados que no se separaba de Santos Cerdán en el Congreso hasta que el ex secretario de Organización ingresó en junio en prisión provisional por su presunto protagonismo en la trama corrupta que completaban Ábalos y Koldo García.
“Presidente, se respira fuerza, ilusión y esperanza para nuestra tierra”, ha arrancado su intervención Cendón, poniendo el acento en la gestión de los incendios, con más de 160.000 hectáreas calcinadas este verano en Castilla y León. “Cuando vamos unidos, compañeros y compañeras, no hay nadie que nos pare, y no nos van a parar″, ha incidido otra leonesa, Nuria Bravo, número dos de la federación y afín a Cendón. De los dos ministros de Castilla y León, Óscar Puente y Ana Redondo, el titular de Transportes y secretario provincial de Valladolid tampoco ha asistido. La ministra de Igualdad ha antepuesto el acto de su partido a la marcha contra el cáncer en su ciudad, Valladolid, que batió su récord con más de 52.000 participantes. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero tampoco ha asistido, pese a que en un principio se barajó su presencia en la provincia donde nació.
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