Los jugadores del Barcelona se perdieron en protestas después de que Sorloth los volviera a golpear. El delantero del Atlético marcó por tercer partido consecutivo a los azulgrana. Era el 2-0 y todo se ponía de cara para los locales… Pero lo que sucedió después lo cambió todo. Quedaban 20 minutos para el final. En los 70 anteriores, el Barça no estaba pudiendo con el planteamiento de su rival. Lo rompió apenas en dos ocasiones, que acabaron, eso sí, en un poste, de Lamine; y en un larguero, de Lewandowski, pero por fuera.
“No me dio tiempo a meter en el campo a Giménez. Quería hacerlo antes, pero sacaron de centro…”, explicó el Cholo. Y en la siguiente acción nada más sacar, Iñigo Martínez se adelantó para robar un balón y centrar al área. El recurso de Lewandowski fue extraordinario, pues controló con el pecho y remató con la izquierda rápidamente.
Justo con esa pierna había chutado durante todo el calentamiento previo al encuentro, aunque es diestro. Con la zurda también mandó el balón al larguero. “El segundo gol suyo fue un momento muy difícil, pero después del 2-1 creímos que se podía. Nunca es fácil aquí contra el Atlético pero hemos jugado muy bien hasta el final», opinó el delantero polaco.
«Estábamos jugando muy bien y el gol que nos mata fue el primero de ellos«, aseguró Pablo Barrios. «No nos dio tiempo a controlar el marcador, y después vinieron los siguientes», añadió el centrocampista. “Nos pusimos a hablar y llegó el segundo. No quiere decir que si hubiera entrado Giménez no habría pasado, pero el equipo necesitaba fortaleza”, continuó con su explicación el Cholo. «Después de su gol [de Lewandowski] hemos empezado a creer otra vez», dijo Flick.
Todos coincidieron: la remontada la culminó Lamine, pero todo empezó con Lewandowski.
Lewandowski marcó justo después del segundo tanto de los rojiblancos. Desde ahí llegó la reacción del equipo de Flick
Los jugadores del Barcelona se perdieron en protestas después de que Sorloth los volviera a golpear. El delantero del Atlético marcó por tercer partido consecutivo a los azulgrana. Era el 2-0 y todo se ponía de cara para los locales… Pero lo que sucedió después lo cambió todo. Quedaban 20 minutos para el final. En los 70 anteriores, el Barça no estaba pudiendo con el planteamiento de su rival. Lo rompió apenas en dos ocasiones, que acabaron, eso sí, en un poste, de Lamine; y en un larguero, de Lewandowski, pero por fuera.
“No me dio tiempo a meter en el campo a Giménez. Quería hacerlo antes, pero sacaron de centro…”, explicó el Cholo. Y en la siguiente acción nada más sacar, Iñigo Martínez se adelantó para robar un balón y centrar al área. El recurso de Lewandowski fue extraordinario, pues controló con el pecho y remató con la izquierda rápidamente.
Justo con esa pierna había chutado durante todo el calentamiento previo al encuentro, aunque es diestro. Con la zurda también mandó el balón al larguero. “El segundo gol suyo fue un momento muy difícil, pero después del 2-1 creímos que se podía. Nunca es fácil aquí contra el Atlético pero hemos jugado muy bien hasta el final», opinó el delantero polaco.
«Estábamos jugando muy bien y el gol que nos mata fue el primero de ellos«, aseguró Pablo Barrios. «No nos dio tiempo a controlar el marcador, y después vinieron los siguientes», añadió el centrocampista. “Nos pusimos a hablar y llegó el segundo. No quiere decir que si hubiera entrado Giménez no habría pasado, pero el equipo necesitaba fortaleza”, continuó con su explicación el Cholo. «Después de su gol [de Lewandowski] hemos empezado a creer otra vez», dijo Flick.
Todos coincidieron: la remontada la culminó Lamine, pero todo empezó con Lewandowski.
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