Donald Trump ha vuelto a poner a España en el punto de mira. En una comparecencia en el Despacho Oval junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el presidente estadounidense acusó este miércoles a Madrid de no «jugar en equipo» dentro de la Alianza Atlántica, al ser «la única excepción» en el compromiso de elevar el gasto en defensa al 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
«Todos los demás están comprometidos al 100%. España no. Y eso no es justo para el resto», afirmó Trump, visiblemente molesto, durante su intervención en la Casa Blanca. «Tengo una gran relación con todos los países de la OTAN», añadió, «pero hay que ser claros: si acordamos algo, todos deben cumplirlo».
El mandatario se refería al acuerdo alcanzado en la cumbre de La Haya el pasado junio, donde los socios de la OTAN decidieron incrementar su gasto militar hasta el 5% del PIB en 2030. España, sin embargo, consiguió una cláusula de flexibilidad que le permite mantener su inversión en torno al 2,1% del PIB, con una revisión periódica de sus compromisos.
Trump aprovechó la presencia de Rutte para insistir en que «el líder de la OTAN tendrá que hablar con España», aunque aseguró confiar en que el asunto «puede resolverse fácilmente». No obstante, en los últimos días el presidente había elevado el tono, sugiriendo incluso expulsar a España de la Alianza o imponerle aranceles por su «falta de compromiso».
«España necesita una reprimenda», había declarado a comienzos de semana, marcando así un nuevo episodio en la tensa relación entre Washington y Madrid en materia de defensa.
Rutte: «España no puede cumplir con menos del 3,5%»
Las palabras de Trump fueron respaldadas parcialmente por el propio secretario general de la OTAN. Desde el exterior de la Casa Blanca, Rutte afirmó ante periodistas que España no podrá cumplir los objetivos de capacidad militar con menos del 3,5% del PIB.
«Ellos dicen que pueden hacerlo con un porcentaje inferior al 3,5%. Les dije que no podían y pronto sabremos quién tiene razón«, explicó Rutte, quien reveló haber mantenido varias reuniones con el presidente español, Pedro Sánchez, al que aseguró conocer «muy bien».
El dirigente neerlandés evitó, sin embargo, alinearse completamente con el tono de Trump, y defendió que España «se ha comprometido a cumplir los objetivos» aunque con una fórmula diferente, «más gradual y adaptada a su economía».
Madrid, en el punto de mira
Las declaraciones de ambos líderes suponen un nuevo desafío para el Gobierno español, que desde hace meses insiste en que su aportación a la defensa colectiva no se mide solo en gasto militar, sino también en misiones internacionales, inteligencia y apoyo logístico.
Fuentes diplomáticas en Madrid recordaron que la fórmula pactada con la OTAN «fue aprobada por consenso» y que el país «cumple plenamente sus compromisos estratégicos».
Pese a ello, la presión desde Washington crece. En un contexto global marcado por el aumento de tensiones en Europa del Este y el Pacífico, Trump busca reforzar la disciplina interna de la OTAN y proyectar una imagen de fuerza ante los adversarios del bloque. España, al mantener un ritmo de inversión más bajo, se convierte así en blanco fácil para sus críticas.
El presidente estadounidense acusó a Madrid de ser la «excepción» en el compromiso de aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB
Donald Trump ha vuelto a poner a España en el punto de mira. En una comparecencia en el Despacho Oval junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el presidente estadounidense acusó este miércoles a Madrid de no «jugar en equipo» dentro de la Alianza Atlántica, al ser «la única excepción» en el compromiso de elevar el gasto en defensa al 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
«Todos los demás están comprometidos al 100%. España no. Y eso no es justo para el resto», afirmó Trump, visiblemente molesto, durante su intervención en la Casa Blanca. «Tengo una gran relación con todos los países de la OTAN», añadió, «pero hay que ser claros: si acordamos algo, todos deben cumplirlo».
El mandatario se refería al acuerdo alcanzado en la cumbre de La Haya el pasado junio, donde los socios de la OTAN decidieron incrementar su gasto militar hasta el 5% del PIB en 2030. España, sin embargo, consiguió una cláusula de flexibilidad que le permite mantener su inversión en torno al 2,1% del PIB, con una revisión periódica de sus compromisos.
Trump aprovechó la presencia de Rutte para insistir en que «el líder de la OTAN tendrá que hablar con España», aunque aseguró confiar en que el asunto «puede resolverse fácilmente». No obstante, en los últimos días el presidente había elevado el tono, sugiriendo incluso expulsar a España de la Alianza o imponerle aranceles por su «falta de compromiso».
«España necesita una reprimenda», había declarado a comienzos de semana, marcando así un nuevo episodio en la tensa relación entre Washington y Madrid en materia de defensa.
Rutte: «España no puede cumplir con menos del 3,5%»
Las palabras de Trump fueron respaldadas parcialmente por el propio secretario general de la OTAN. Desde el exterior de la Casa Blanca, Rutte afirmó ante periodistas que España no podrá cumplir los objetivos de capacidad militar con menos del 3,5% del PIB.
«Ellos dicen que pueden hacerlo con un porcentaje inferior al 3,5%. Les dije que no podían y pronto sabremos quién tiene razón«, explicó Rutte, quien reveló haber mantenido varias reuniones con el presidente español, Pedro Sánchez, al que aseguró conocer «muy bien».
El dirigente neerlandés evitó, sin embargo, alinearse completamente con el tono de Trump, y defendió que España «se ha comprometido a cumplir los objetivos» aunque con una fórmula diferente, «más gradual y adaptada a su economía».
Madrid, en el punto de mira
Las declaraciones de ambos líderes suponen un nuevo desafío para el Gobierno español, que desde hace meses insiste en que su aportación a la defensa colectiva no se mide solo en gasto militar, sino también en misiones internacionales, inteligencia y apoyo logístico.
Fuentes diplomáticas en Madrid recordaron que la fórmula pactada con la OTAN «fue aprobada por consenso» y que el país «cumple plenamente sus compromisos estratégicos».
Pese a ello, la presión desde Washington crece. En un contexto global marcado por el aumento de tensiones en Europa del Este y el Pacífico, Trump busca reforzar la disciplina interna de la OTAN y proyectar una imagen de fuerza ante los adversarios del bloque. España, al mantener un ritmo de inversión más bajo, se convierte así en blanco fácil para sus críticas.
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