El Gobierno de Venezuela anunció este domingo la salida de un petrolero de la compañía estadounidense Chevron cargado con medio millón de barriles de crudo venezolano y con destino a Estados Unidos, en un contexto marcado por el recrudecimiento de las tensiones diplomáticas y militares entre ambos países y por un bloqueo marítimo impuesto por Washington en aguas cercanas al país caribeño.
El anuncio fue realizado por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, a través de su canal oficial en Telegram. Según explicó la dirigente, el buque zarpó «con estricto apego a las normas y en cumplimiento de los compromisos asumidos por nuestra industria petrolera», subrayando que Caracas mantiene su voluntad de respetar la legalidad tanto nacional como internacional, incluso en medio de un escenario de presión externa.
El mensaje estuvo acompañado por un vídeo en el que un presunto tripulante confirma la salida del buque Canopus Voyage, que transporta unos 500.000 barriles de petróleo venezolano. La operación adquiere un significado político especial al tratarse de un cargamento con destino a Estados Unidos, país que mantiene sanciones económicas sobre el sector energético venezolano, aunque ha concedido licencias específicas a Chevron para operar de forma limitada en el país.
La salida del petrolero se produce el mismo día en que fuerzas estadounidenses abordaron el buque Bella 1 cuando se dirigía a la costa venezolana. El navío, que navega bajo bandera panameña, se encuentra actualmente bajo persecución por parte del Ejército estadounidense, después de que las autoridades no lograran hacerse con su control, según fuentes oficiales de Washington. Se trata de la tercera incursión contra petroleros en las inmediaciones de aguas venezolanas en lo que va de mes, un dato que confirma el endurecimiento de la vigilancia marítima en la región.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Bella 1 estaría vinculado a la empresa Louis Marine Shipholding Enterprises, relacionada a su vez con la Guardia Revolucionaria de Irán. En su orden de sanciones, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sostiene que dicha compañía habría proporcionado apoyo financiero, material o tecnológico a esta fuerza iraní, considerada organización terrorista por Washington.
Este episodio se suma a otros dos abordajes recientes realizados por Estados Unidos: el del petrolero Skipper, el pasado 10 de diciembre, y el del Centuries, interceptado durante la noche del sábado a este domingo. En conjunto, estas acciones reflejan una estrategia de presión sostenida sobre las rutas marítimas asociadas al comercio petrolero venezolano y a actores considerados hostiles por la Casa Blanca.
El zarpe de un buque con 500.000 barriles de crudo rumbo a EEUU coincide con el bloqueo marítimo americano y la persecución de otro petrolero vinculado a Irán
El Gobierno de Venezuela anunció este domingo la salida de un petrolero de la compañía estadounidense Chevron cargado con medio millón de barriles de crudo venezolano y con destino a Estados Unidos, en un contexto marcado por el recrudecimiento de las tensiones diplomáticas y militares entre ambos países y por un bloqueo marítimo impuesto por Washington en aguas cercanas al país caribeño.
El anuncio fue realizado por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, a través de su canal oficial en Telegram. Según explicó la dirigente, el buque zarpó «con estricto apego a las normas y en cumplimiento de los compromisos asumidos por nuestra industria petrolera», subrayando que Caracas mantiene su voluntad de respetar la legalidad tanto nacional como internacional, incluso en medio de un escenario de presión externa.
El mensaje estuvo acompañado por un vídeo en el que un presunto tripulante confirma la salida del buque Canopus Voyage, que transporta unos 500.000 barriles de petróleo venezolano. La operación adquiere un significado político especial al tratarse de un cargamento con destino a Estados Unidos, país que mantiene sanciones económicas sobre el sector energético venezolano, aunque ha concedido licencias específicas a Chevron para operar de forma limitada en el país.
La salida del petrolero se produce el mismo día en que fuerzas estadounidenses abordaron el buque Bella 1 cuando se dirigía a la costa venezolana. El navío, que navega bajo bandera panameña, se encuentra actualmente bajo persecución por parte del Ejército estadounidense, después de que las autoridades no lograran hacerse con su control, según fuentes oficiales de Washington. Se trata de la tercera incursión contra petroleros en las inmediaciones de aguas venezolanas en lo que va de mes, un dato que confirma el endurecimiento de la vigilancia marítima en la región.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Bella 1 estaría vinculado a la empresa Louis Marine Shipholding Enterprises, relacionada a su vez con la Guardia Revolucionaria de Irán. En su orden de sanciones, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sostiene que dicha compañía habría proporcionado apoyo financiero, material o tecnológico a esta fuerza iraní, considerada organización terrorista por Washington.
Este episodio se suma a otros dos abordajes recientes realizados por Estados Unidos: el del petrolero Skipper, el pasado 10 de diciembre, y el del Centuries, interceptado durante la noche del sábado a este domingo. En conjunto, estas acciones reflejan una estrategia de presión sostenida sobre las rutas marítimas asociadas al comercio petrolero venezolano y a actores considerados hostiles por la Casa Blanca.
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