Dispositivo de entretenimiento con tubo de rayos catódicos. El primer precursor de los videojuegos no tenía un nombre fascinante. Ni la actividad era muy atractiva: mover un punto —en teoría, un proyectil— hacia distintos objetivos. Al fin y al cabo, la obra de Thomas T. Goldsmith, Jr. y Estle Ray Manntaba no se concibió para el público: se inspiraba en los radares militares y nunca se comercializó. Sin embargo, allá por 1947, encendió la chispa de un fenómeno que hoy arde en medio planeta. De un puñado de investigadores a buena parte de la población mundial. Y creciendo. En España el año pasado hubo 20,05 millones de videojugadores, la marca más alta desde que AEVI (Asociación española del videojuego) publica estadísticas. El anuario de la SGAE recoge una cifra incluso más elevada: 21,7 millones. En el viejo nicho hoy cabe casi la mitad del país. Lo dicen las estadísticas. Pero, en realidad, basta con mirar alrededor.
El ocio interactivo no para de crecer y el móvil es la principal plataforma. Lejos del nicho para adolescentes de sus orígenes, la industria audiovisual más potente se enfrenta al madurar con nuevos problemas como la adicción, los sesgos o los micropagos
Dispositivo de entretenimiento con tubo de rayos catódicos. El primer precursor de los videojuegos no tenía un nombre fascinante. Ni la actividad era muy atractiva: mover un punto —en teoría, un proyectil— hacia distintos objetivos. Al fin y al cabo, la obra de Thomas T. Goldsmith, Jr. y Estle Ray Manntaba no se concibió para el público: se inspiraba en los radares militares y nunca se comercializó. Sin embargo, allá por 1947, encendió la chispa de un fenómeno que hoy arde en medio planeta. De un puñado de investigadores a buena parte de la población mundial. Y creciendo. En España el año pasado hubo 20,05 millones de videojugadores, la marca más alta desde que AEVI (Asociación española del videojuego) publica estadísticas. El anuario de la SGAE recoge una cifra incluso más elevada: 21,7 millones. En el viejo nicho hoy cabe casi la mitad del país. Lo dicen las estadísticas. Pero, en realidad, basta con mirar alrededor.
Feed MRSS-S Noticias
Más noticias
La Red Europea para la Igualdad de Lenguas declara al euskera «en situación de emergencia»
El delirante camino a la redención de Peter Perrett, líder de los malditos The Only Ones
Máximo Huerta: “Valencia siempre se cura, pero no olvida”